Las impresoras 3D tienen grandes aplicaciones en el mundo de la medicina. Desde hace años estamos viendo cómo se pueden imprimir prótesis personalizadas, o incluso piezas que acaban incrustándose en huesos y diferentes partes del cuerpo del paciente.
Lo que no se había hecho hasta ahora es imprimir implantes mamarios, algo muy común tanto por cuestiones estéticas como por reconstrucciones entre sobrevivientes de cáncer de mama.
Los implantes de silicona son muy usados en ese tema, pero tienen diferentes desventajas, como que no pueden alcanzar la temperatura corporal en el frío y requieren reemplazo cada 10 años aproximadamente.
Ahora comentan en The Guardian que hay dos empresas francesas, Lattice Medical y Healshape, y una de Israel, CollPlant, que han desarrollado modelos impresos en 3D en este sentido.
Las empresas están imprimiendo implantes y están comenzando a realizar ensayos clínicos, evitando la sensación de hielo que provocan los implantes de silicona cuando hace frío.
El objetivo es reemplazar la silicona con un material más seguro. Healshape usará un hidrogel para imprimir en 3D un material de implante blando que puede ser absorbido por las células grasas en alrededor de seis a nueve meses; CollPlant usará una biotinta de colágeno especial extraída de las hojas de tabaco, moficada genéticamente para producir colágeno humano; Lattice Medical creará una jaula impresa en 3D hecha de un biopolímero degradable y debajo del área del pecho tiene una pequeña aleta que puede hacer crecer tejido para llenar la jaula mientras es absorbida por el cuerpo.
Son tres enfoques diferentes para conseguir un mismo objetivo, más seguridad, menores problemas asociados y, quien sabe, mejores precios en el futuro.