Desarrollan sistema para captar «energía solar» durante la noche

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En el marco de las energías renovables, la solar es un ejemplo emblemático. Sin embargo, su captura, mediante el uso de paneles fotovoltaicos, se asocia a jornadas diurnas, por la presencia de luz.

Esta capacidad podría asociarse también a la noche, gracias a una investigación de científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), Australia, en la que encontraron un método para aprovechar esta energía aún cuando el sol no nos apunta directamente.

Un nuevo enfoque para aprovechar la energía del sol

Las hoy llamadas “energías alternativas” tienen como factor común su impredictibilidad. La naturaleza se mueve a su propio ritmo, dejando a su propio azar la disponibilidad de los recursos necesarios para su generación, como la disponibilidad de luz solar y vientos con fuerza, en el caso de las energías solar y eólica, respectivamente.

Marcando el énfasis en la energía solar, aunque esta constituye un gran aporte, lamentablemente no se puede contar de manera permanente con la posibilidad de captarla. Por ejemplo, en invierno, temporada caracterizada por el incremento del consumo energético, resulta más difícil sacar provecho de la energía solar. Además, por restricciones técnicas propias de los paneles fotovoltaicos, estos no pueden cumplir con su función de noche, donde la electricidad incluso es sinónimo de calefacción.

A pesar de la imposibilidad de capturar energía solar de noche, al menos mediante el mecanismo tradicional, investigadores de la UNSW presentaron un modelo que sí lo hace posible, mediante el uso de un dispositivo semiconductor llamado diodo termorradiativo. Este aparato se fabrica en base a materiales que pueden encontrarse en las gafas de visión nocturna y, como han demostrado ahora los científicos, puede generar electricidad a partir de la luz infrarroja.

El principio tras este nuevo sistema desarrollado es que, básicamente, el sol calienta la Tierra y la carga como si se tratara de una batería. Una vez llegado el ocaso, nuestro planeta comienza a irradiar todo el calor que acumuló durante el día. Es justamente esta energía la que un diodo termorradiativo puede capturar para convertirla en electricidad.

Al menos en base a las capacidades actuales de estos sistemas, no se perfilan más que como un complemento para los demás sistemas de generación de electricidad. En comparación con los paneles solares clásicos, estos diodos pueden generar 100.000 veces menos energía. Sin embargo, con el perfeccionamiento de esta tecnología, los resultados podrían ser más eficientes tiempos próximos. Según proyecciones de los científicos participantes en este proyecto, en teoría, debería ser posible producir aproximadamente 1/10 de la potencia de una celda solar en el futuro.

Aunque el potencial de abastecimiento energético es pequeño mediante esta vía, los científicos ya la están proponiendo como una vía de alimentación para dispositivos pequeños, como aparatos electrónicos portátiles, que podrían incorporar un generador de energía que funcione a partir del calor emitido por el cuerpo humano, eliminando la necesidad de baterías en algunos aparatos.

Falta perfeccionamiento técnico y desarrollo comercial para que sea realidad la implementación de esta tecnología en algún caso concreto, ya sea mediante el sistema propuesto por esta investigación o alguno otro similar. Sin embargo, el surgimiento de otros proyectos que persiguen la explotación de este mismo recurso, como una investigación de Stanford que conocimos hace un mes, son signos de que esta “energía solar nocturna” tiene futuro.