Un proyecto financiado por el Servicio de información para la comunidad de investigación y desarrollo de la Unión Europea, CORDIS, busca hacerse cargo de la basura que a lo largo de muchos años se ha ido acumulando en los océanos.
SeaClear es una iniciativa liderada por el Dr. Bart De Schutter, profesor de la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos, que utiliza una innovadora técnica en la que con robots se busca remover la basura de puntos recónditos del océano.
Limpiando el mar con robots
Los océanos de hoy contienen 26-66 millones de toneladas de desechos, con aproximadamente el 94% ubicado en el fondo marino, se señala en la presentación de este proyecto. Los trabajos de limpieza usualmente son superficiales o en su defecto, si se ejecutan labores más complejas, se depende de la experiencia de buzos entrenados.
El problema se comienza a escapar de control cuando se considera la naturaleza del agua oceánica. Grandes corrientes y profundas masas de agua pueden arrastrar la basura a cualquier parte, contaminando y dañando de paso a la flora y fauna oceánica.
Una forma de llegar a la basura más esquiva es con robots, y en eso se centra lo que plantea el proyecto SeaClear. «Creemos que nuestro proyecto es el primero que recogerá la basura submarina de forma automática con robots», comentó el Dr. Bart De Schutter en conversación con Horizon, la revista de Investigación e Innovación de la UE.
Bajo la dinámica propuesta, un robot submarino será responsable de encontrar basura aventurándose cerca del fondo marino para realizar escaneos de primer plano utilizando cámaras y sonar. El dron también ayudará a buscar basura cuando el agua esté clara volando sobre un área de interés, mientras que en áreas turbias buscará obstáculos para evitar, como los barcos.
Este sistema será capaz de distinguir entre la basura y otros elementos en el fondo marino, como animales y algas marinas, mediante el uso de inteligencia artificial. Además, se entrenará un algoritmo con varias imágenes de varios artículos que pueda encontrar, desde botellas de plástico hasta pescado, para que aprenda a distinguirlos e identificar los desechos.
La recolección de basura será atendida por el segundo robot submarino, que recogerá los artículos mapeados por sus compañeros. Equipado con una pinza y un dispositivo de succión, recogerá piezas de residuos y los depositará en una cesta atada colocada en el fondo marino que luego se llevará a la superficie. «Hicimos algunas pruebas iniciales cerca de Dubrovnik, donde se depositó una botella de plástico a propósito y la recogimos con un robot de pinza», dijo el Dr. De Schutter. «Tendremos más experimentos en los que intentaremos reconocer más piezas de basura en circunstancias más difíciles y luego recogerlas con el robot».
En concordancia con algunos de los objetivos de la misión de la UE para restaurar nuestras aguas y océanos en 2030, el Dr. De Schutter y sus colegas estiman que este sistema podría detectar hasta el 90% de la basura en el fondo marino y recolectar alrededor del 80% de lo que identifica.
Este proyecto, que comenzó el 1 de enero de 2020, tiene como plazo hasta el 31 diciembre de 2023 para ejecutarse por completo. Ya se realizaron algunas pruebas alrededor de la costa de Dubrovnik, Croacia, en septiembre de 2021. Próximamente, reportarán novedades sobre proyectos paralelos en curso, como un sistema de predicción de desplazamiento de la basura en océanos y un mecanismo similar a SeaClear, pero para ríos.