Durante estos últimos años los televisores han venido experimentando notables mejoras en sus pantallas, aumentando así la calidad en la resolución y colores capturados.
Gracias al esfuerzo de las compañías fabricantes, los televisores han ido alcanzando un nivel de sofisticación jamás pensado en sus inicios. Tal pareciera que no queda mucho por hacer en este sector para innovar.
Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos ha salido con un as bajo la manga dando a conocer la creación de una pantalla orgánica flexible de diodos emisores de luz (OLEDs), fabricada exclusivamente mediante impresión 3D.
Este hecho abre la posibilidad de que en el futuro este tipo de pantallas puedan ser fabricadas a bajo coste por cualquier persona que tenga una impresora 3D en casa.
Y es que cuando se habla de las pantallas OLED, su funcionamiento radica en la conversión de electricidad en luz, resultado que se obtiene con ayuda de una capa de material orgánico.
Así también, los OLEDs tienen la ventaja de resultar útiles para ser usadas como pantallas digitales de alta calidad, siendo también versátiles. De esta manera las pantallas OLED pueden ser implementadas en la fabricación de aparatos de sobremesa, así como teléfonos inteligentes.
Ya en el pasado el grupo a cargo de Michael McAlpine había intentado crear pantallas OLED bajo esta técnica de impresión, pero debido a la falta de uniformidad en las capas emisoras de luz el objetivo no pudo cumplirse.
Así también, otros grupos que intentaron fabricar pantallas usando la impresión 3D lo consiguieron, aunque de forma parcial, combinando esto con otras técnicas a fin de integrar ciertos componentes que ayudaran a obtener un resultado funcional.
En el caso de McAlpine y sus compañeros de equipo, estos combinaron dos modos de impresión para generar las seis capas requeridas.
Al final obtuvieron una pantalla de diodos orgánicos emisores de luz totalmente apta y funcional. Para el encapsulado, el aislamiento, las interconexiones y los electrodos, estos elementos fueron impresos mediante extrusión, mientras que las capas activas fueron generadas a través de una técnica de pulverización a temperatura ambiente usando la misma impresora 3D.
Una vez puesto a prueba, el dispositivo mostró un desempeño estable en su emisión, otorgándole así a este tipo de pantalla el potencial para ser usada en áreas como la electrónica blanda y los wearables.