Si has comprado recientemente alguna obra de arte digital aprovechando la fiebre de los NFT, y te has gastado algunos miles de euros en un meme o en un cuadro de algún famoso, presta atención a este artículo, porque nada garantiza que ese NFT no desaparezca de un día para otro.
Un token no fungible (NFT) tiene un valor relativo, dependiendo del interés que tenga la gente en ellos. Mucha gente invierte en el tema, paga miles de euros con la esperanza de que su valor suba con el tiempo, pero lo que está comprando no es una imagen o vídeo real, ni siquiera los derechos del archivo, solo es un código digital que apunta a un medio ubicado en algún lugar de Internet.
Ese es el problema, que un NFT, aunque se guarde en una cadena de bloques invulnerable, apunta a un archivo guardado en un servidor de algún lugar de internet, y si ese archivo desaparece, o cambia la url donde se guarda, el NFT apuntará a una página inexistente, a un carísimo error 404.
Los mercados que comercializan con NFT, como OpenSea, Rarible, Foundation y otros, tampoco almacenan las imágenes en sí, solo muestran el archivo multimedia vinculado con el código en la cadena de bloques, pero ese archivo no está en sus servidores, están en algún otro lugar de Internet sobre el cual no tenemos ningún poder (por ejemplo, a un tweet, o a una web de memes).
Ya hay varios inversores que se han encontrado con ese problema, con el mensaje “error 404, archivo no encontrado” mientras buscan sus NFT en sus billeteras digitales. De momento se conocen dos casos:
– Tom Kuennen afirmó que un NFT que había comprado por 500 dólares a través del mercado OpenSea había desaparecido de su billetera, junto con el historial de compras.
– El álbum NFT de 11 millones de dólares vendido por el popular DJ estadounidense 3LAU en marzo, a través de NiftyGateway, también desapareció.
Además de errores en el lugar que guarda originalmente el NFT, también se puede eliminar si un NFT viola los términos de servicio de la plataforma, como por infracción de derechos de autor, por ejemplo.
Algunos creen que se debería apostar por la red de intercambio de datos distribuidos IPFS (InterPlanetary File System) para guardar el material comercializado en NFT, pero para eso los usuarios que forman parte de los nodos deben tener interés en almacenarlo, algo que no siempre ocurre. La idea es que en lugar de apuntar a una ubicación o archivo, se apunte a varias copias diferentes de esa obra de arte en todo el mundo (así funciona IPFS).
Esa idea ya la están aplicando algunos artistas digitales, pero aún es pronto para decir que se trata de una solución definitiva.