No es difícil crear una nueva criptomoneda, lo difícil es que haya gente que invierta en ella, y eso es lo que ocurrió con un token digital inspirado en la popular serie surcoreana de Netflix Squid Game (El juego del Calamar).
De un día para otro, ha perdido casi todo su valor, apuntando a que se trataba de una estafa.
Squid se presentaba como una «criptomoneda para jugar para ganar» (play-to-earn cryptocurrency), y su precio había subido mucho en los últimos días, atrayendo más inversores. El martes pasado, Squid cotizaba a solo 1 centavo. En menos de una semana, su precio había subido a más de 2.856 dólares.
La play-to-earn cryptocurrency es donde las personas compran tokens para usar en juegos en línea y pueden ganar más tokens que luego pueden canjearse por otras criptomonedas o monedas nacionales. El problema es que no permitía que las personas revendieran sus tokens.
Este timo, llamado «rug pull«, ocurre cuando el promotor de un token digital atrae compradores, detiene la actividad comercial y se lleva el dinero recaudado de las ventas.
En total se han llevado 3,38 millones de dólares, según informan en Gizmodo.
Los expertos en criptomonedas ya habían advertido de que se tratara de una estafa. Lo de poder comprar Squid y no poder venderlo, era raro, una señal clásica de este tipo de timo. Por otro lado, el sitio web contenía muchos errores ortográficos y gramaticales. El sitio web ya no está en línea y las cuentas de redes sociales que promocionan los tokens también han desaparecido.
Squid estaba disponible para la venta en intercambios de cifrado descentralizados, sin una autoridad central, siendo difícil rastrear ahora a los criminales.