Estados Unidos va a toda marcha con su misión de llevar un rover a la luna a través del proyecto Artemis. Sin embargo, esta nación está contribuyendo para que otro país cumpla la misión de enviar su propio rover a la Luna.
Se trata de Australia, que ha decidido poner en marcha su primera misión a este satélite natural con la inversión de 50 millones de dólares, los cuales serán destinados a la construcción de un rover que formará parte también del proyecto Artemis llevado a cabo por la NASA.
En ese sentido, se han elegido a los investigadores más capacitados de la nación australiana para que se pongan al servicio de las empresas involucradas en la construcción del rover, el cual forma parte del programa «De la Luna a Marte» impulsado por Australia.
Una vez terminado este rover tendrá una propulsión semiautónoma y funcionará recogiendo muestras del suelo de la superficie lunar que luego serán sometidas a análisis en busca de óxidos.
Añadido a esto, el rover australiano se encargará de extraer oxígeno del suelo lunar. Y es que esta misión representa un paso importante para lograr que la Luna sea un lugar sostenible para la presencia humana, a su vez que se garantiza la infraestructura necesaria para hacer viable las próximas misiones a Marte.
Al respecto, el primer ministro australiano Scott Morrison señaló que la misión a la Luna estaría contribuyendo a impulsar la economía del país generando una gran cantidad de puestos de trabajo.
Así también, Morrison indicó que desde julio de 2018 su gobierno ha brindado un apoyo económico alto a la industria espacial con un valor que supera los 700 millones de dólares, apoyando también otros sectores relacionados como la robótica, la minería, así como la fabricación y extracción de recursos.
Por su parte, Melissa Price, la ministra de ciencia y tecnología del país, expresó que el rover impactará de manera favorable sobre la economía australiana.
En ese sentido Melissa señaló «Construirá la capacidad del sector espacial australiano y mostrará los puntos fuertes de Australia al mundo, además de inspirar a toda una nueva generación de jóvenes a entrar en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas».
Suponiendo que no se presenten inconvenientes que pudieran entorpecer el flujo de desarrollo del rover australiano, la NASA estaría enviando esta estructura a la luna en 2026.