El plástico es un material que hoy predomina en la fabricación de una muy amplia variedad de objetos. Fuera del gran problema que ha originado la acumulación de residuos plásticos en el ambiente, el uso de materias primas como el petróleo y la emisión de gases contaminantes durante su proceso de producción, son otros de los aspectos que la industria tiene como desafío mejorar.
Apostando a la combinación eficiente de distintas tecnologías, un equipo científico desarrolló un nuevo tipo de plástico que es climáticamente neutro durante todo su ciclo de vida, cuya producción requiere un menor consumo energético en su proceso y representa costos iguales o inferiores.
¿Un plástico que no contamina? Científicos afirman que es posible
Un equipo internacional de investigación, compuesto por profesionales de la ETH Zurich, la Universidad RWTH Aachen y la Universidad de California, Santa Bárbara, desarrollaron un nuevo modelo computacional de producción y eliminación global de plástico.
Bajo este modelo, los científicos tras el estudio lograron demostrar que es posible producir plásticos que tengan un balance neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida y que además sean económicos.
Para dar origen a este sistema, los investigadores diseñaron un sistema combinado de tres metodologías: el reciclaje de plástico, la producción de este material a partir de biomasa y a partir de CO2, por medio de la captura y utilización de carbono.
De acuerdo con las cifras que comparten en su reporte de investigación, publicado recientemente por la revista Science, la clave radica en la utilización de la mayor cantidad posible de plástico reciclado como materia prima, complementando los otros dos métodos de fabricación.
Al combinar adecuadamente las tres tecnologías utilizadas como base en este sistema, la cantidad de energía requerida para producir plástico se puede reducir entre un 34% y un 53% si se compara con los actuales métodos de fabricación basados en fósiles, cuya cadena de producción contempla una importante cuota de captura y almacenamiento de carbono, sobre todo en aquellas industrias en las que se tiende a quemar productos plásticos al final de su ciclo de vida.
El plástico ha mutiplicado 20 veces su consumo entre 1964 y 2014, ascendiendo desde 15 a 311 millones de toneladas por año en aquel período, según señala la ETH Zürich en el artículo que presenta este reciente desarrollo. En aquel espacio, André Bardow, miembro de la planta docente de aquella casa de estudios y autor principal de la investigación, señala que ante el surgimiento de estos avances, los siguientes pasos para alcanzar un progreso dependen directamente de quienes ostentan la responsabilidad política de tomar decisiones al respecto. «No debemos pensar en las diferentes tecnologías para la fabricación de plástico individualmente, porque hay un gran potencial en combinarlas de una manera inteligente», señaló el investigador en su emplazamiento.
Los investigadores afirman que en el futuro la fabricación de plástico podría reducirse si se adoptan iniciativas como esta. Como punto a favor, en este caso resalta su inferior costo de producción, atribuido a los procesos de reciclaje involucrados en la fabricación. «La menor demanda de energía puede parecer contradictoria, pero es el resultado de la cantidad de energía que el reciclaje ahorra durante todo el ciclo de vida», señaló Bardow.