Una nueva alternativa al yeso para uso ortopédico

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ExoForm

Las lesiones corporales, principalmente fracturas, que requieren inmovilización durante su tratamiento, son paralizadas con una cubierta de yeso. Una solución clásica, que si no nos ha tocado experimentar en primera persona, de seguro la hemos podido ver de cerca en algún momento.

Con el fin de reinventar esta solución, atendiendo aspectos relativos a la comodidad y la reducción de basura, investigadores del Carnegie Mellon University College of Engineering de Silicon Valley, desarrollaron como reemplazo un material portátil, adaptable y reutilizable.

Exoform, una alternativa reutilizable para el yeso en ortopedia

Este nuevo material fue definido por sus creadores como “compacto, personalizable y semirrígido con bordes autofusibles para un uso inmediato, ajustable y repetible”

Sus orígenes se remontan a los momentos más álgidos de la pandemia de COVID-19, tiempos en los que parte importante la industria de la innovación centró sus esfuerzos en el desarrollo de herramientas útiles para afrontar la crisis. El equipo detrás de Exoform desarrolló inicialmente una mascarilla imprimible en 3D, capaz de automoldearse al rostro del usuario.

Al identificar el potencial de aquel proyecto, los investigadores ampliaron la forma en la que abordaban su desarrollo, dando origen al material hoy presentado, aplicado al uso ortopédico.

A diferencia de las alternativas más comunes y accesibles de la ortopedia, como las férulas de dedos y pulseras, Exoform puede soportar con éxito varias partes complejas del cuerpo y ajustar su rigidez a lo largo del proceso de recuperación. Otro aspecto positivo es que este material es sumergible y resistente al sudor, otorgando una mayor comodidad y versatilidad a quien lo porte.

Para moldear una pieza de Exoform, es necesario aplicar calor, hasta que alcance el rango de los 70-80 grados centígrados, anunciados por un indicador LED incorporado. Según sus creadores, para mantener a salvo de quemaduras a su usuario, basta con cubrir la piel con tres capas de gasa. Para compactar este material a su plana estructura inicial, se le puede volver a aplicar calor como en la primera vez.

Es difícil no reconocer que el yeso cumple efectivamente su función inmovilizadora. No obstante, durante la recuperación de una fractura, hay casos en los que se recomienda durante las fases intermedias de este proceso ir recuperando gradualmente la movilidad. La presencia constante del yeso puede ralentizar el proceso de curación y con la ayuda de este nuevo material, su portador puede remover partes de esta estructura modular, para aflojarlo en la medida que resulte pertinente.

Un reporte más acabado sobre la investigación tras este desarrollo, más un vídeo demostrativo de su uso, puede revisarse siguiendo este enlace.