Protonmail es una plataforma de email que usan muchas personas para mantener el anonimato. Se supone que no guarda la dirección IP de nadie, ni identifica a los usuarios por sus nombres y apellidos, pero se pueden dar excepciones.
Eso es lo que ha ocurrido en Francia, donde pidieron a protonmail que obtuvieran la IP de un usuario de la plataforma. En ese caso, para cumplir la ley, Protonmail tuvo que hacer una excepción y rastrear a su usuario.
El caso lo comentan en TC, donde dan todos los detalles de lo ocurrido. Aquí os resumo los principales puntos:
– Protonmail ofrece comunicaciones cifradas de extremo a extremo, y no registra direcciones IP de forma predeterminada, pero si pueden obtener la dirección IP sus usuarios si lo solicita la ley.
– Fue perseguido un grupo que realizaba y organizaba protestas sobre especulación inmobiliaria, ocupando inmuebles de forma ilegal. Ocuparon el año pasado varios locales en los alrededores de Place Sainte-Marthe.
– Protonmail tuvo que entregar la dirección de correo electrónico, la dirección IP vinculada, el dispositivo usado, el número con el que se identificaba el dispositivo.
– El CEO de Protonmail, Andy Yen, ya se ha pronunciado diciendo que deben cumplir con la ley suiza.
Tan pronto como se comete un delito, se pueden suspender las protecciones de privacidad y la ley suiza nos exige que respondamos a las solicitudes de las autoridades suizas.
– Protonmail no notificó inmediatamente al usuario de que las autoridades habían solicitado sus datos, de hecho pueden retrasar esa notificación su la ley así lo permite u ordena.
– ProtonMail recibió 13 pedidos de las autoridades suizas en 2017, y en 2020 el número ya era de 3.572, lo que deja claro que hay muchos delitos que se están cometiendo usando esa plataforma.
– Es posible que si el usuario hubiera usado también la VPN que ofrece Protonmail, la IP final no hubiera sido posible obtenerse por los propios límites técnicos que ofrece una VPN.
Lo que está claro es que es difícil ocultar un delito bajo una plataforma que ofrece el anonimato. Las leyes están por encima de las políticas de privacidad, y no hay ninguna plataforma, ni siquiera Protonmail, que pueda burlarlas al 100% en Internet.