Reconozcamos que Apple ha tenido bastante valor en comenzar a producir sus propios procesadores para equipos de escritorio en detrimento de los procesadores de Intel, habiendo comenzado ya la transición para llevar toda su gama de equipos de escritorio a sus propios procesadores con arquitectura ARM.
Actualmente ya podemos encontrar comentarios y publicaciones alabando el rendimiento y eficiencia energética de los nuevos equipos basado en el primer SoC de Apple, el M1, que como os comentamos en su momento, está actualmente disponible en los nuevos Mac Mini y en los nuevos MacBook Air y MacBook Pro de 13″.
Continuando la transición a los propios procesadores ARM
Muchos entusiastas de la marca de la manzana mordida esperan saber cuál será el siguiente procesador en lanzar y cuáles serán los equipos en incorporarlo. Pues bien, una nueva publicación de Bloomberg puede dar una idea de por donde irá la hora de ruta de Apple.
A este respecto, su informe señala que la compañía está trabajando en un nuevo procesador ARM con hasta 32 núcleos de alto rendimiento en su CPU, y que podría llegar en un Mac a finales de año próximo, aunque también cabe la posibilidad de que llegue de manera más específica en un nuevo «Mac Pro de tamaño medio» ya para el año 2022.
Podemos intuir que la llegada del Mac Pro podría ser la guinda a toda la transición, aunque de momento no hay nada oficial al respecto. Y al igual que está trabajando con un procesador de hasta 32 núcleos de alto rendimiento en la CPU, también está trabajando en otro con hasta 16 núcleos, aunque acorde a la citada publicación, la compañía podría optar por rebajarlo a ocho u doce núcleos, dependiendo de como vaya la producción en masa.
Y al igual que hay bastante esfuerzos en dotar de núcleos de alto rendimiento en la CPU, también está trabajando en dotar las GPUs de sus SoCs con hasta 128 núcleos, con la idea de que puedan estar disponibles para finales del año próximo o a lo largo del siguiente año.
Para tener una idea, los chips M1 tiene hasta 8 núcleos en su GPU, y aún así ya ofrecen datos espectaculares.
Sea como fuera, la apuesta de Apple es un tanto arriesgada, con lo que ello implica tanto para la compañía como para los propios usuarios, aunque la compañía sabe perfectamente que hará historia y que podría salirle bien la jugada, teniendo un mayor control en los procesos de producción de sus propios equipos, dependiendo cada vez menos de terceros.
Crédito de la imagen: Apple