SI un sistema es capaz de ir comprimiendo la información a medida que la guarda, el espacio parecerá estar multiplicándose de forma transparente para el usuario.
Eso es lo que ha conseguido Samsung con su nuevo disco «inteligente» SSD.
Se ha asociado con Xilinx, empresa propiedad de AMD, para crear la tecnología SmartSSD CSD (Computational Storage Drive), pensada para ser aplicada en discos de almacenamiento en un futuro breve. Para hacerla efectiva, han puesto un procesador dentro del SSD, responsable por optimizar el espacio que se va ocupando.
Así es, un SSD con su propio procesador, capaz de realizar dos tareas:
– Optimizar el uso del ordenador donde está instalado el disco, ya que asumirá ciertas tareas para dejarle más «tiempo libre» al procesador principal.
– Comprimir y descomprimir datos a medida que se almacenan, de forma que la información ocupa mucho menos que si se guarda sin comprimir.
Lo primero que podemos pensar es que si se está comprimiendo la información al ser guardada, el proceso será mucho más lento. Así sería si no hubiera cambios en su diseño, ya que la conexión en este caso es especial para poder llegar a lecturas de 3.500 MB/s y escrituras de hasta 3.200 MB/s.
El primer paso es ofrecer el producto a las empresas, para después llegar al mercado consumidor, aunque de momento no han divulgado ni fechas ni precios.