Tal y como si se tratara de la trama de una película de ciencia ficción que terminara en desastre, un grupo de científicos se dio a la tarea de traer a la vida un conjunto de microbios que habían permanecido en estado de inactividad por mas de 100 millones de años.
Las profundidades del lecho marino fueron el lugar donde los científicos encontraron a la población de microorganismos quienes se hallaban en estado de hibernación desde la época de los dinosaurios.
Fue allí donde hace 10 años los científicos obtuvieron una muestra del sedimento como parte de la expedición realizada al Giro del Pacifico Sur, región ubicada en la enorme extensión de océano presente entre Australia y Sudamérica, considerada como la mas alejada de tierra firme que pueda existir en el planeta.
En el proceso de obtención de la muestra los científicos perforaron una serie de núcleos de sedimentos cubriendo un área de 100 m en el lecho marino que a su vez se encuentra a casi 6 mil metros bajo la superficie del océano. Dicha zona llamo poderosamente la atención de los científicos a cargo por considerarla altamente inerte a causa de la poca presencia de nutrientes.
Posteriormente los científicos lograron detectar oxigeno en todos los núcleos, siendo este un elemento que pudo servir de sustento a los microbios para vivir a medida que se formaba el sedimento y este lograba filtrarse hasta el final.
Para comprobarlo los científicos procedieron a incubar algunas muestras del sedimento suministrándole a la misma los nutrientes necesarios.
En efecto, la acción provocó que los microbios reaccionaran moviéndose casi todos en su totalidad, inclusive aquellos de mayor antigüedad. Al final, los científicos confirmaron que un 99,1% de los microorganismos de 101, 5 millones de años adquirieron vida y lograron alimentarse al momento de suministrársele comida.
En referencia a este resultado, el coautor del estudio, Steven D’Hondt expresó
«Lo más emocionante de este estudio es que muestra que no hay límites para la vida en el antiguo sedimento del océano del mundo […] En el sedimento más antiguo que hemos perforado, con la menor cantidad de alimento, todavía hay organismos vivos, y pueden despertar, crecer y multiplicarse»
Esperemos que esto ayude a avanzar en el campo de la biología y la medicina, aunque seguramente ya hay miles de comentarios en la web alarmados ante la idea de resucitar algo así.