Presentan una mascarilla con traductor incluido

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Desde Japón llega como novedad una interesante mascarilla que, además de cumplir con su función sanitaria, permite traducir idiomas, amplificar la voz e incluso, controlar el celular para hacer llamadas y enviar mensajes.

Se trata de C-Mask, un cubrebocas desarrollado por la startup de robótica Donut Robotics, el cual busca perfilarse como un accesorio útil dentro de la llamada “nueva normalidad” que está teniendo lugar en el mundo a causa de la pandemia de COVID-19.

Esta “mascarilla inteligente”, presentada como la primera de su categoría, consta de un accesorio plástico que se utiliza conjuntamente con cualquier protector facial quirúrgico común. Mediante una conexión Bluetooth se puede conectar a teléfonos inteligentes, los cuales ejercen la tarea de procesar los datos de voz, para amplificarlos a través del altavoz del cubrebocas, en caso de que se vea dificultada su escucha o también, para traducirlos a través del mismo.

C-Mask cuenta con la capacidad de traducir hasta ocho idiomas diferentes, siempre que el smartphone vinculado cuente con conexión a Internet. A diferencia de algunas aplicaciones o gadgets dedicados a cumplir con esta tarea, la mascarilla actúa como una especie de “manos libres”, eliminando así la necesidad de hablar directamente en el teléfono.

Según lo señalado en la presentación de este accesorio, su principal objetivo es permitir que quienes la usen puedan guardar una distancia social adecuada, respetando las recomendaciones sanitarias y facilitando la comunicación en espacios de trabajo y otras instancias comunes con alta afluencia de público, como las visitas a supermercados y bancos.

Este proyecto logró ver rápidamente la luz gracias a que heredó los avances de un desarrollo previo de sus creadores. Durante años, Donut Robotics se dedicó a la creación de un robot para el aeropuerto de Haneda en Tokio, dedicado a ofrecer servicios de traducción y guías.

Ante la irrupción de la pandemia y con el fin de hacer sostenible su negocio ante la crisis, esta empresa reorientó sus prioridades en pos de realizar una contribución a la situación mundial actual, según lo señalado por Japan Times. De esta forma, en un lapso relativamente corto, lograron adaptar el software desarrollado para el robot de su anterior proyecto y aplicarlo sobre el modelo de barbijo que actualmente conocemos de la C-Mask, diseñado hace cuatro años por uno de los ingenieros de su equipo para un proyecto estudiantil.

Un hecho que podemos evidenciar a diario es que el COVID-19 cambió por completo la dinámica social en nuestro planeta. Entre los resguardos que es necesario tomar bajo este contexto, un accesorio como esta mascarilla que amplifica la voz, traduce mensajes e incluso, se puede usar como control remoto para algunas funciones del móvil, se perfila como un dispositivo de suma utilidad para quienes cada vez terminan más inmersos en este nuevo estilo de vida.

Más allá de parecer un artículo digno de un universo de ciencia ficción, gracias a las bondades antes descritas el proyecto tuvo desde sus inicios una excelente recepción. Como antecedente, la C-Mask se presentó como un proyecto de crowdfunding que solicitaba 7 millones de yenes para ponerse en marcha, pero terminó recaudando 27 millones, una cifra considerablemente superior a la meta inicial.

Los primeros ejemplares de esta novedosa mascarilla comenzarán a circular a partir de septiembre, mes en el que serán despachadas las primeras 5.000 unidades dentro del territorio japonés. La expansión de su distribución se proyecta a posteriori para China, Estados Unidos y Europa. Su precio actualmente es cercano a los $40 dólares por unidad.