Desde que fueran dadas a conocer las intenciones del gobierno de los Estados Unidos por reanudar las misiones tripuladas a la Luna a través de la NASA bajo el proyecto Artemis, personas y empresas han puesto en marcha iniciativas orientadas al desarrollo de tecnologías que puedan tener el potencial de ser tomadas en cuenta para ser integradas en la próxima misión hacia este satélite natural.
En este sentido, Sebastian Aristotelis y Karl-Johan Sørensen, un dúo de diseñadores daneses, han estado trabajando de forma ardua en el desarrollo de un módulo lunar auto expandible, cuya resistencia pretenden poner a prueba en las duras condiciones presentes en el norte de Groenlandia.
Designado con el nombre Lunark, esta estructura se encuentra inspirada en el arte del origami, diferenciándose así de otras propuestas cuyo armado, si bien puede visualizarse como algo sofisticado, lo cierto es que frente a la baja gravedad y el traje espacial podrían suponer un verdadero desafío en el cumplimiento de esta tarea.
Es así que hábitats como Lunark representan una iniciativa más viable, en el que su diseño permitirá que pueda ser transportado fácilmente a la Luna. Esto, gracias a la presencia de un marco compacto de aluminio, el cual, los diseñadores señalan que será ligero y fuerte, con la capacidad, además, de aterrizar y expandirse a su tamaño final en la superficie con mobiliario, agua y otros recursos incluidos previamente en el interior.
Cabe destacar que en el marco de aluminio posee un total de 328 paneles individuales entretejidos con ayuda de una costura flexible hermética, la cual permite crear un exterior que actúa como un tanque, mientras que el interior cuenta con elementos interesantes que propiciaran un entorno domestico para aquellos que lo habiten.
En él los ocupantes dispondrán de cabinas de tripulación insonorizadas para mayor privacidad, así como también paneles de luz para replicar la variación del clima y las fases de luz diurna a fin de contribuir a mantener la estabilidad de sus ritmos circadianos.
Sumado a ello, Lunark contará con un simulador meteorológico con capacidad para hacer uso de los paneles mencionados anteriormente y el sistema de altavoces para representar tormentas, tardes lluviosas o atardeceres como una manera de romper la monotonía del entorno lunar.
Además, el Lunark posee un reactor de algas diseñado para proporcionar nutrientes, así como un jardín vertical para el cultivo de verduras frescas, paneles solares que ayuda a mantener las baterías cargadas y una impresora 3D para ser usada en reparaciones que pudieran surgir de forma inesperada.