La industria de los viajes y el hospedaje se ha visto fuertemente golpeada por la contingencia. Es una consecuencia lógica, considerando las cancelaciones de vuelos, el cierre de algunas fronteras y todas las recomendaciones de distanciamiento social que se han planteado con propósitos sanitarios.
Una de las marcas más relevantes del medio, Airbnb, comentó a través de su CEO cómo afrontan este panorama actualmente, qué planes quedaron en el camino y los desafíos que están asumiendo para sobrevivir a las consecuencias económicas de la pandemia.
Los planes de Airbnb eran ambiciosos para este 2020, contemplando incluso salir a la bolsa este año. Como era de suponerse, ante el complejo escenario que vive la industria de los viajes en general, el foco lo tienen fijado ahora en la superación de esta emergencia en cuanto a lo que atañe a su negocio.
En conversación con Bloomberg Businessweek, Brian Chesky, CEO de Airbnb, declaró “no estoy seguro de si hay algo más difícil que un CEO de una compañía de viajes podría hacer que pasar por esto”, comparando esto con la sensación de estar deshuesado o con el efecto del impacto de un torpedo sobre una nave.
Para mitigar este golpe, Airbnb tomó la determinación de rembolsar a los huéspedes, cuyos viajes ahora se cancelan a expensas de los anfitriones del servicio. Para compensar a estos últimos, la empresa dispuso de un fondo de mil millones de dólares para reembolsarles este dinero, aunque sólo cubriendo una fracción. Esto generó molestia en algunos anfitriones, porque además de no constituir la suma total de dinero esperada, tampoco soluciona el problema de fondo, que es la falta de flujo de huéspedes.
Este fondo para reembolsos fue obtenido a través de los inversionistas de Silver Lake y Sixth Street Partners, acto que devauló la compañía en un 40%, según lo reseñado por la misma revista económica que entrevistó a Chesky. Esta medida arrastra consigo la necesidad de que Airbnb se comprometa con el planteamiento de una estrategia efectiva para salvar su negocio, pues los préstamos tendrán que pagarse con un interés aproximado de un 11%. Al menos de momento se han visto algunos frutos positivos, pues desde la fuerte caída, Airbnb ha logrado recaudar mil millones de dólares adicionales.
Este proceso de reestructuración económica surge para dar resistencia a las pérdidas —actuales y las que se proyectan— que afectarán al núcleo de personal de Airbnb y sus patrocinadores de capital de riesgo. Las medidas mitigadoras de esta crisis conllevan una fuerte reducción en los gastos de marketing, viéndose afectadas principalmente las campañas de avisaje, con una reducción cercana a los 800 millones de dólares.
A pesar del duro panorama, Chesky se mostró optimista, señalando que “estamos preparados para salir a la bolsa y estaremos listos cuando la tormenta despeje”.
Lamentablemente, no sólo para los negocios asociados al turismo y los viajes, aún es incierto este panorama en cuanto a fechas y plazos. Por lo mismo, Airbnb está tomando medidas para no perder el explosivo crecimiento y buena reputación que han conseguido en sus 11 años de actividad.