Porsche habría cambiado la historia del automóvil con su primer coche híbrido

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Con sus coches deportivos ostentando calidad y rendimiento como principales atributos, propiciado también por el desarrollo del motor de 6 cilindros como elemento propulsor, Porsche se consolidó como una de las empresas más prestigiosas del sector automotor.

Sin embargo, esta percepción hubiera sido diferente si la empresa hubiera promovido activamente el desarrollo en masa del primero de sus coches híbridos, considerado como una alternativa eléctrica de autonomía extendida que surgió como iniciativa de su fundador Ferdinand Porsche en unión con la empresa Jacob Lohner.

Este prototipo de coche eléctrico fue exhibido por el fabricante alemán durante la Retromobile, una exposición automotriz celebrada anualmente desde 1976 en la Puerta de Versalles de Paris en la cual son presentados al público modelos de coches clásicos, mientras que otros son subastados.

Es en este lugar donde Porsche aprovechó la oportunidad para exhibir el que fue su primer coche híbrido diseñado a comienzos del siglo XX compuesto en aquel entonces por dos motores de gasolina que al funcionar servían como generadores para proveer de energía a una batería de plomo que hacía posible el funcionamiento de motores eléctricos situados en las ruedas.

Sin embargo, pese a lo innovador de su diseño, el coche híbrido de Porsche presentó problemas en su desempeño debido a su enorme peso, así como a la limitada autonomía que ofrecía respecto al esfuerzo que implicaba la carga de su batería.

Porsche

Esto hizo que Porsche y Lohner realizaran ajustes que al final dieron buenos resultados, otorgando al coche híbrido la capacidad de generar hasta 56 CV de potencia, algo admirable considerando la época.

Si Porsche hubiera optimizado un poco más la tecnología de este coche híbrido es probable que hubiera calado lo suficiente como para haber revolucionado por completo los cánones que regían la industria automotriz en ese entonces, haciendo que fabricantes como Fiat, Ford o Renault la adoptaran en 1910 como estándar para la producción de sus coches.

Sumado a esto, la batería como tecnología automotriz habría evolucionado mucho antes, convirtiéndose así, en un elemento presente de forma implícita en la fabricación de los coches desde hace décadas.

No obstante, debido a una falta de consenso entre Porsche y Lohner sobre los derechos de patente del coche híbrido, la colaboración entre ambos llegaría a su fin en 1906, retrasándose así, el surgimiento de esta tecnología por más de un siglo.