¿Robots que sudan? Ahora es posible con la impresión 3D

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Cada vez más resulta increíble las implementaciones efectuadas en el campo de la robótica para optimizar el desempeño de los robots.

En esta ocasión un grupo de investigadores de Cornell se dieron a la tarea de crear un musculo robótico de textura blanda, el cual, de la misma manera que un ser humano, hace uso de la transpiración como mecanismo para regular su temperatura cuando es requerido.

De acuerdo con el director del proyecto, el Profesor de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial, Rob Shepherd, el propósito tras el desarrollo de esta funcionalidad es el de permitir que robots de alta potencia puedan prolongar su operatividad sin que lleguen a sobrecalentarse, situación que constituye uno de los principales desafíos cuando se trata de fabricar robots más duraderos, adaptables y ágiles.

En este sentido, cuando los motores de alta densidad en conjunto con los motores exotérmicos (medios encargados de proporcionar alimentación al robot) alcanzan una temperatura por encima de lo permitido, este deja de funcionar.

Dicho problema tiende a presentarse principalmente en aquellos robots de estructura blanda, los cuales, si bien cuentan con una mayor flexibilidad, la constitución de sus materiales los hace mas propensos a retener calor, siendo que, integrar un ventilador no resultaría una solución apropiada, ya que, repercutiría de forma negativa sobre el robot en términos de espacio y peso.

Es en esta instancia donde el equipo liderado por Shepherd encontró la inspiración en el sudor como sistema de enfriamiento para ser implementado en el robot y poder con ello liberar el exceso de calor acumulado. Para ello, acudieron a la impresión 3D para crear actuadores con forma de dedo a base de materiales de hidrogel con capacidad para retener agua y reaccionar ante la temperatura, sirviendo como esponjas inteligentes.

En este sentido, la capa base elaborada en poli N-isopropilacrilamida se retrae frente una temperatura superior a los 30°C, haciendo que el agua sea comprimida en la capa superior de poliacrilamida compuesta por perforaciones de tamaño micrónico semejantes a poros, los cuales, se dilatan de forma automática liberando así el “sudor” acumulado para luego cerrarse si la temperatura se encuentra por debajo de los 30°C.

De esta manera es posible reducir la temperatura del actuador llevándola a 21°C en 30 segundos, proceso que puede acelerarse hasta 6 veces con ayuda de un ventilador.