El Starliner de Boeing ha aterrizado de forma segura en el desierto después de no poder juntarse con la ISS.
Se trata de la nueva nave espacial no tripulada de Boeing, que regresó a la Tierra el domingo, aterrizando en el desierto de Nuevo México en los Estados Unidos seis días antes de lo previsto, después de un problema que impidió su cita con la Estación Espacial Internacional.
La NASA comentó que el vuelo abortado fue un éxito un éxito, a pesar de su fracaso para llegar a la ISS. Se trataba todo de un ensayo final antes de una misión tripulada.
En el momento del aterrizaje se vio como fue amortiguada por bolsas de aire, después de un descenso desacelerado por tres grandes paracaídas. Ahora tendrán que analizar todos los datos del vuelo no tripulado para poder mejorar la próxima operación.
La cápsula Starliner se lanzó el viernes desde Cabo Cañaveral en Florida, pero poco después de separarse de su cohete de lanzamiento Atlas V, sus propulsores no se activaron según lo planeado, evitando que alcance una órbita lo suficientemente alta. Ese fue el origen del problema. Como la nave había quemado demasiado propelente, Boeing y la NASA se vieron obligados a guiar al Starliner de regreso a la Tierra.
El vuelo de prueba fue una parte clave de los planes de la NASA para terminar con la dependencia estadounidense de Rusia para los viajes espaciales. Lo explican en sciencealert.com:
El primer vuelo tripulado de Starliner estaba programado para principios de 2020. Ese desarrollo fue muy esperado ya que la NASA se vio obligada a depender de los cohetes rusos Soyuz para transportar a sus astronautas a la estación espacial desde que el programa del Transbordador Espacial se cerró en 2011 después de 30 años.
Bajo el ex presidente Barack Obama, la NASA optó por un cambio en su funcionamiento.
En lugar de poseer el hardware, contrató a empresas privadas para que se hicieran cargo, otorgando a Boeing y SpaceX miles de millones de dólares para desarrollar soluciones nacionales.
El Starliner pudo establecer un enlace de comunicaciones con la ISS y probar su mecanismo de acoplamiento, paneles solares, baterías, propulsores y sistema de regulación de calor. El escudo térmico protegió la cápsula durante el reingreso, cuando las temperaturas fuera del vehículo aumentaron a más de 1,600 grados Celsius.