Si bien la ciencia puede adentrarnos a un vasto mundo de datos y hechos interesantes a través de experimentos, los mismos pueden llegar a un punto que no resulta del todo atractivo para la mayoría.
Esto, debido a que los resultados de algunos experimentos, para ser obtenidos, pueden requerir la realización de cientos y hasta miles de comprobaciones, situación que amerita la intervención de la automatización.
Es aquí donde un grupo de científicos del MIT decidieron desarrollar un robot de nombre ITT (Inteligence Towink Tank), el cual, cuenta con la capacidad para realizar un determinado experimento, observar los resultados y mantener un seguimiento prolongado del mismo.
Dichas acciones han sido llevadas a cabo por el robot un total de 100 mil veces durante el año que ha sido puesto en funcionamiento.
Una de las áreas en las cuales el ITT ha sido útil es la dinámica de fluidos, un campo donde intervienen fuerzas complejas e impredecibles cuya comprensión, básicamente, solo es posible mediante la repetición continua de acciones controladas hasta que se produzca la aparición de un patrón especifico.
Entre las observaciones realizadas en este campo se encuentra una denominada “vibración inducida por vórtices”, la cual, hace alusión a un tipo de perturbación que implica la observación cercana de un objeto de forma repetitiva, cuyo comportamiento incide de forma directa en el diseño de los barcos, a fin de hacerlos más eficientes durante su navegación en el agua.
Es esta observación repetitiva la que hace del ITT un asistente ideal para este experimento donde este robot se hace cargo, además, de diferentes tareas, como arrastrar mecánicamente el objeto sobre el agua, apreciar de forma objetiva los resultados y realizar ajustes en el curso de acción del experimento para generar más información hasta alcanzar el objetivo planteado.
De acuerdo con los investigadores el hito de los 100 mil experimentos obtenidos por el ITT es comparable a todos aquellos realizados por un estudiante de doctorado cada dos semanas.