En muchas ocasiones nos encontramos con la respuesta «lo siento, no puedo ayudarte», al preguntar algo al asistente de Amazon, Alexa, algo normal si tenemos en cuenta que no puede tener las respuestas a todas las preguntas del mundo.
Con el objetivo de ampliar la cantidad de respuestas disponibles, Amazon ha decidido poner su programa Alexa Answer a disposición del público en general, lo que permitirá que cualquier persona pueda colaborar a la hora de dar respuestas.
Abre así su asistente de inteligencia artificial a las recomendaciones de crowdsourcing para preguntas no programadas. Los usuarios podrán ir a la web de Alexa Answers y leer las preguntas frecuentes que la gente hace, participando de las respuestas. Estas respuestas podrán ser valoradas por otros usuarios, lo que ayuda a determinar la mejor, la más adecuada.
Lógicamente esto abre la caja de pandora, la posibilidad de que los trolls hagan de las suyas y Alexa guarde respuestas no aptas para oídos sensibles. Amazon dice que ha implementado mecanismos, tanto automáticos como manuales, para evitar el mal uso, pero si hay crowdsourcing, hay riesgo, y esa es la mayor preocupación en estos momento.
Aún así, tenemos que recordar que hay proyectos de crowdsourcing, como la Wikipedia, que han conseguido sobrevivir a los trolls durante muchos años, pero también hay desastres sonados, como el del robot Tay de Microsoft que, en 2016, tardó pocas horas en transformarse en racista y genocida después de «entrenarse» usando Twitter.
Según Amazon, las respuestas serán rechazadas automáticamente si contienen vocabulario obsceno, amenazante, difamatorio o que comenta alguna infracción de los derechos de propiedad intelectual, y seguirán trabajando para que el número de respuestas de alta calidad sea el más alto posible.