En IEEE comentan los detalles de un experimento realizado para poder ayudar a las personas que tienen el cuerpo paralizado, una técnica mejorada que podría ayudar a teclear sin usar las manos, únicamente el pensamiento.
Lo que han hecho es usar monos con implantes neurales para que puedan mover el cursor de una pantalla «con el poder de la mente». En dicha pantalla hay letras, y cada una se va iluminando para que el mono la pulse usando los implantes. De esta forma han conseguido registrar una velocidad de 12 palabras por minuto, con frases como «Ser o no ser, esa es la cuestión», de la obra de Hamlet, de Shakespeare.
Dejan claro que los monos no estaban copiando Shakespeare, simplemente fueron entrenados para usar sus implantes neurales para mover un cursor sobre una pantalla de ordenador, golpeando los círculos que se ponen verdes. Para ello realizaron el siguiente procedimiento:
Pusieron pequeñas matrices de electrodos implantados en el cerebro, específicamente en la parte de la corteza motora que controla los movimientos del brazo. Esos electrodos miden la actividad eléctrica de las neuronas. Los monos fueron entrenados para controlar el cursor, primero moviendo sus brazos reales para que las cámaras sigan cuidadosamente los movimientos. Algunos algoritmos de aprendizaje encontraron patrones en el flujo de datos, y se tradujeron esos patrones para saber lo que ocurre en el cerebro de un mono cuando tiene la intención de mover el cursor a la izquierda, derecha, arriba y abajo.
A continuación, se pide a los monos que muevan el cursor solo con la mente. El equipo recoge los mismos patrones en los datos del cerebro, y el cursor se mueve suavemente de un objetivo a otro.
El objetivo es demostrar que interfaz cerebro-ordenador podría beneficiar a las personas en las últimas etapas de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que deja a la mente intacta pero paraliza el cuerpo, incluyendo la boca y otros músculos de la cara.
Hasta ahora, el registro establecido por los pacientes humanos con ELA, durante 2015, fue de 6 palabras por minuto. La gran mejora de ese estudio previo vino del software, ya que usan dos algoritmos diferentes, uno para decodificar el movimiento del cursor, y otro para descifrar la intención del mono para hacer clic en un botón.