El terrible problema de la minería y la deforestación ilegal no cesa, y la selva Amazónica, con sus territorios selváticos que envuelven áreas de 8 países de Suramérica, es una de los que más sufre, particularmente, por su enorme extensión que asimismo dificulta el detectar a tiempo este tipo de crímenes contra la naturaleza.
Pues bien, un equipo de la Asociación para la Conversación de la Cuenca Amazónica (amazonconservation.org) comandado por Carlos Castañeda y trabajando en la estación de investigación “Los Amigos” ubicada en la Amazonía peruana, se enfoca en el monitoreo de 900 kilómetros cuadrados de selva ahora también con drones que se encargan de patrullar de una manera más efectiva.
Cada dron cuesta 5.000 dólares y le caracteriza su ala delta, un metro de longitud, 5 libras de peso, funciones programables de vuelo para mantenerle en piloto automático o hacerle llegar a coordenadas específicas, cámaras Canon para las fotografías aéreas y cámaras de video para otros registros.
Para su diseño se ha contado con la ayuda de un biólogo de la Wake Forest University (Carolina de Norte, EE.UU.) que destaca su configuración de ala volante que mantiene al vehículo en el aire aún sin disponer de una cola. Claramente, no ha sido creado para volar muy alto pues para eso se viene usando la fotografía satelital, pero los problemas de esta última son notorios bajo condiciones de cielos nublados, en la resolución de sus capturas y la detección de específicos sectores de deforestación de gran tamaño pasando por alto el registro de secciones más pequeñas.
No son perfectos pues no es sencillo el mantener tecnologías que soporten las extremas características del Amazonas, sin embargo, se trata de una útil e invaluable aplicación de lo que tienen los drones por ofrecer; Conciencia y labores gubernamentales para disminuir el daño ambiental siguen siendo los obstáculos más grandes por superar.
Más información: National Public Radio (NPR) | Vía: Engadget