Acabamos de conocer la noticia de que Uber, la popular aplicación encargada de poner en contacto a conductores y viajeros con el objetivo de compartir vehículo hasta llegar a su destino (cobrando por ello), ha sido prohíbida en Alemania por orden de un juez.
Sin duda alguna, esta decisión supone un duro golpe para la startup californiana en mitad de su expansión europea. El motivo tras esta orden judicial es que Uber no cumpliría con la normativa alemana, ya que opera sin ningún tipo de permiso para el transporte de pasajeros. Por esta razón, al operar de forma ilegal, el Tribunal Regional de Frankfurt ha hecho pública la decisión de multar a los conductores de Uber que no acaten las normas con cantidades de hasta 250.000 euros, una cifra que podría hacer que muchos de estos conductores se echasen atrás. La prohibicción en Alemania es solo un capítulo más en la serie de complicaciones que la startup está viviendo en este país. De hecho, recientemente se prohibía su uso en Berlín, aunque apenas unos días después se anulaba la prohibición. Ahora, según las leyes alemanas, Uber podría recurrir con la intención de revertir la decisión, aunque en esta ocasión es más complicado, ya que afecta a un país entero y no a una sola ciudad.