¿Buscamos crear empresa? … La realidad, las circunstancias, el momento… ¿todo se ha dado para que demos el salto al emprendimiento?
Cuando accedemos a la red nos encontramos con conceptos que se repiten y que hoy, son sinónimo de eficiencia; marketing, redes, estrategias, planning, construcción de marca, emociones, experiencia, branding, alianza, influencia… y así un largo listado de conceptos que definen a la nueva empresa social y que, necesariamente, debemos estructurar en una estrategia propia, si queremos nosotros también, construir una marca social.
Lo primero que debemos tener claro es el mensaje que define lo que queremos transmitir y su valor agregado, analizado desde la vertiente de consumidor que todos llevamos dentro. ¡Tu talento es el mejor de los activos para comenzar un emprendimiento, conocerlo es indispensable!
Pero como de talento no se vive, es necesario aceptar que éste debe ser planificado, incluido en una estrategia que lo equilibre con el conocimiento, aquél que deberás adquirir de forma constante y con tus aprendizajes y experiencias.
Pero además… tenemos aún un desafío mayor; aprender a trabajar en equipo, a repartir los recursos y a desprendernos de clichés y necesidades creadas.
Partiendo de estas premisas fundamentales, veamos cuáles son los 7 principios a tener en cuenta a la hora de conformar una empresa social y en constante proceso de crecimiento… mucho antes del salto al social media, mucho antes de la elaboración de los planes de empresa; hablamos de una filosofía empresarial nueva, una nueva cultura.
Huella digital, el aporte de tu marca. Es más que real que la influencia no se consigue de la noche a la mañana, para lograrlo, confianza y credibilidad en nuestras acciones son requisitos sine-qua-nos. Un buen nivel de influencia habla de constancia, aprendizaje, dinamismo, formación, compromiso. ¡Ten en cuenta que es lo que define a tu marca, aquello que se convertirá en tu huella digital!
Mantener el foco, un asunto de templanza. Sabes que tendrás obstáculos, sabes que enfrentarás crisis y sabes que cometerás errores, por el propio dinamismo d las cosas, sabes hasta que tendrás momentos complejos y de decisión difícil, pero también sabes qué buscas transmitir. Ante un problema busca soluciones, no te focalices en él. Cuanto mayor sea la capacidad para mantener el foco en neutros objetivos a pesar de los contratiempos, más posibilidades tenemos de lograr el crecimiento para nuestra marca. ¡Esta es una cualidad inherente a los nuevos líderes y, tal nivel de templanza sólo es posible a partir de la experiencia!
Ilusiones, mucho más que una utopía. Hemos oído, leído y hablado, durante mucho tiempo de las leyes universales más allá de la física lo cierto es que su eficiencia ha quedado más que probada. Nuestro siguiente principio tiene mucho que ver con esa reciprocidad. Es una realidad comprobable que cuando te focalizas en que todo funcione, cuando te centras en la búsqueda permanente de un target específico y cuando mantienes tus objetivos como variables reales en tu mundo de ilusión, estás llamando con tus acciones, a conseguir tus objetivos.
La pasión, sin ella no hay empresa. Si tomamos como válido el principio anterior no nos sorprenderá comprobar cómo, es la pasión la que mueve al emprendimiento porque, ¿qué si no la pasión nos permite mantener nuestras esperanzas y proyecciones ante la adversidad, qué si no la pasión nos entrega las herramientas para permanecer en constante proceso de especialización y formación y qué si no la pasión nos lleva a buscar ”“ hasta encontrar- a nuestros clientes, aliados y colaboradores?
Busca emociones para vender productos. Si vas a lanzarte a la aventura de construir una empresa en el momento actual, debes aceptar una máxima irrenunciable; el cliente hoy compra emociones y vende influencias, partiendo de esta premisa básica, lo que debes lograr es la atención de las sensaciones de tus seguidores, es ahí donde se inician los vínculos. Sólo desde las emociones, se culminan los procesos de compra. La publicidad y el marketing en redes sociales, son canales para desatar sensaciones, no para vender productos.
Acto = consecuencia, siempre presente. Todos sabemos que cada acción que realizamos desata una consecuencia. En términos generales debemos tener presente que si buscamos consolidar una empresa social, no podemos pensar que nunca, cometeremos un error. Debemos tener en cuenta que, no son los errores los que hacen fracasar nuestras estrategias, sino tu capacidad para revertirlos y transformarlos en fortalezas, lo que define tu éxito. ¡Y esta capacidad debe estar contemplada en el plan de empresa previo, al salto al universo social!
¿Cómo te sientes? Indispensable cuando las empresas deben ser, esencialmente, humanas. Todo lo que busques lograr debes ser capaz de visualizarlo. Esto puede parecer utópico pero no lo es. Pensemos por un momento que buscamos consolidar una tienda virtual, sólo cuando te apasionas por el valor agregado que entregas, es que visualizas crecimiento y tu actitud frente a las acciones, genera confianza y seguridad.
Seguro estáis pensando que de nuevo, nos encontramos con el enorme desafío que supone realizar un cambio de mentalidad específicamente vinculado a la forma de construir empresa, esto es así porque el orden social gira hoy en torno a nuestras capacidades profesionales, las que ponemos de manifiesto con cada acción y las que van construyendo la huella digital sobre la que se asientan los cimientos de nuestra empresa.
Estos son los míos…¿ cuáles son los vuestros?