Interesante la reflexión que hace John Biggs, una de las mentes anglo detrás del proyecto Techcrunch sobre el problema de la piratería; o mejor dicho de las descargas ilegales de aplicaciones de pago de la tienda de descargas de la casa de la manzana… contando la historia de FingerKicks… una creación de GAMEized, un desarrollador que apuesta y se apunta al desafío creando un juego de fútbol online… una aplicación exitosa, sólida y bien pensada.
La apuesta del desarrollador era que su juego se fuera propagando por la red, país por país, ordenador a ordenador… generando un volumen de negocio interesante y rentable…
Pero las cosas no fueron nada bien y, después de vender solo 97 dólares el primer día, las ventas siguieron cayendo y cayendo, pero por increíble que parezca, sólo durante ese fin de semana, en las estadísticas de descarga, aparecían más de 5.000.
Incluso un precio de venta de 99 centavos de dólar; unos céntimos de euros, para la aplicación, multiplicado por 5.000 era una bonita cifra… ¿Que había pasado?
Otra victima de AppTrackr
Efectivamente, FingerKicks había estado como aplicación destacada en el portal de información pirata llamada AppTrackr, perteneciente a Hackulo.us; uno de los grandes actores en lo que se refiere al mercado de las aplicaciones crackeadas.
Con AppTrackr y una simple aplicación cualquier usuario puede descargar a su terminal casi cualquier aplicación y sin tener que pagar por ella.
Independientemente de lo que diga o deje de decir Apple sobre esta situación de piratería explicita desde su tienda de aplicaciones, lo realmente interesante es la reflexión obligada que nos sugiere y, especialmente a quienes construyen su negocio en el entorno de las aplicaciones.
Hasta qué punto actualmente es rentable el destinar tiempo y recursos al desarrollo de una aplicación para IPhone o iPad de pago, habiendo evaluado y estudiado el mercado, apostando por la calidad en la creación de soluciones efectivas para el entorno móvil y que es exitosa, pero que debido al problema de las descargas ilegales, la cantidad de usuarios que llevan la aplicación hasta sus terminales y los ingresos por ello, son diametralmente opuestos…
Desde la mirada de un mercado agresivo, competitivo y que puede ser un fracaso en términos comerciales y por causas ajenas al proyecto,
El desarrollo de aplicaciones de pago para iPhone e iPad y, posiblemente para todos los sistemas operativos más utilizados actualmente, juega con la piratería como factor en contra para la conclusión exitosa de un modelo de negocio online…
Tal vez hay que esperar a que el nuevo mercado esté maduro en términos de sistemas de protección y bloqueo de las descargas ilegales y en el intertanto apostar por un mercado de aplicaciones gratis, en las que los ingresos del negocio no proviene de su descarga, sino que de su vinculación y asociación como herramientas sociales que involucran nuevas plataformas publicitarias y de ventas online.
5 comentarios en “Desarrollo de aplicaciones de pago ¿un negocio rentable?”
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Un truco puede ser no cobrar nada por la aplicación y sí por la publicidad de anunciantes dentro del juego (ya sean anuncios directos o product placement, es decir, poner un bote de ColaCao en la mesa de Los Serrano o darle un Sony-Ericsson a James Bond)Es cierto que no todas las aplicaciones podrán hacerlo, pero si yo fuera el creador de FingerKicks lo haría para la segunda entrega.
Yo opino lo mismo que «nicoosuna», hasta que nosotros los desarrolladores creemos algo verdaderamente seguro (por un tiempo), tendremos que beneficiarnos de la publicidad porque mientras algo esté disponible en la red, siempre es posible obtenerlo de forma ilícita…
Me gusta el dato de NicoOsuna. Buena dato. Pero no todos los desarrolladores tienen el acceso o las relaciones para encontrar un anunciante que prometa. Ese es el gran problema. Estaba pensando dedicarme a hacer de «apps agent», una especie de Agente para conectar a los anunciantes con los desarrolladores. Los desarrolladores muy rara vez tiene el perfil de mercadeo que se necesita para conectarse con los anunciantes. Por otro lado, los pocos anunciantes tampoco (quiza) tienen las relaciones adecuadas en el mundo de los desarrolladores =S
Yo creo que hay otra forma de encarar el problema, veamos:
Un juego que funciona en el celular es relativamente simple de desarrollar, pero si uno se anima a complicar un poco el desarrollo, para que el juego deba tener una contraparte online, la piratería tiende a desaparecer.
Es como comparar Microsoft Word con Evernote o Basecamp. Los 2 últimos son imposibles de piratear porque viven en la nube. Otro ejemplo más relacionado con los videojuegos: hasta que punto se puede piratear World of Warcraft? creo que si puedes tener tu copia, pero no te puedes conectar a los servidores centrales (no soy gran conocedor, me puedo equivocar).
En conclusión: Aún suponiendo una mayor inversión en el hosting, y mayor complejidad en el desarrollo, me parece mucho mejor apuntar a un modelo mixto (en la nube) ante un modelo de aplicación simplePD: No hay que olvidar que las aplicaciones que sigan este modelo mixto que planteo, deben manejar correctamente el estado desconectado, o sea, no sirven si SOLO funcionan online
Pero si os fijáis realmente, los anuncios aun ser una posibilidad valida; lo rentable es la aplicación gratuita con contenido desbloqueable a través de compras «Sandbox» del AppStore.
O un costo bien reducido de la aplicación para una posterior expansión a través de «Sandbox», contenidos mejorados o cualquier aspecto productivo para la aplicación.
Ya estemos hablando de aplicaciones o juegos.Lo que no se puede esperar tampoco es hacerse rico con una sola publicación sabiendo todo lo que existe hoy en día; hay que estudiar el mercado en todos los aspectos para poder prevenir esto.
Otra solución mas compleja, es el contraste de aplicaciones contra servidor; ya sea por una Key dependiente de la cuenta del AppStore o cualquier otro medio de control que pueda ser contrastado en el servidor y ofrecer el acceso.
Conclusión: Esta noticia no me sorprende, llueve todos los días lo mismo en cualquier mercado.