La inteligencia artificial generativa ha llegado para revolucionar la forma en que las empresas operan. Su capacidad para crear contenido único, como texto, imágenes, música o código, abre nuevas oportunidades. Sin embargo, su adopción masiva no ha sido tan rápida como se esperaba. ¿Por qué? Los riesgos relacionados con la falta de precisión, la seguridad y el cumplimiento normativo han frenado a muchas organizaciones.