Un influencer chino ha sido detenido por utilizar un sofisticado sistema de manipulación de audiencias desde su hogar en Zhejiang, China. El individuo, conocido solo como Wang, fue encontrado con 4,600 móviles usados para generar visualizaciones y comentarios falsos en plataformas de streaming, una práctica conocida como brushing. En solo cuatro meses, Wang logró acumular ingresos de hasta 400,000 euros, demostrando el lucrativo pero ilegal mercado detrás de la falsificación de popularidad en internet.