Cave Story – algo más que un juego gratuito

Cuando alguien crea algo y lo ofrece al resto del mundo habitualmente tiene un interés monetario, su pretensión es que aquello que ha creado sea del gusto del público para que pague por ello. En el mundo de los videojuegos, de la red, esto ocurre casi en el 100% de las ocasiones. Parece inimaginable que Steve Jobs cree una nueva aplicación sin pedir nada a cambio, también parece complicado que cualquiera de los creadores de los múltiples juegos que inundan la red lo hagan “por amor al arte” o que una persona que crea una página en la que disfrutar de un casino online, no quiera aumentar su cuenta bancaria con lo que se “juegan” los jugadores.
Sin embargo, para casi todo hay una excepción, y esta es una de ellas. Daisuke Amaya, un japonés de 34 años, es el creador del juego “Cave Story”. Tras pasar muchas horas delante de su ordenador pergeñando este juego, decidió ponerlo en la red para que cualquiera pudiera descargarlo. A estas alturas no es consciente del número de personas que han descargado su creación; para muestra un botón: en un portal japonés gratuito de internet se realizaron la nada desdeñable cifra de 400.000 descargas.
El creador lo justifica de una manera absolutamente clara y lógica, aunque parezca lo contrario, “no voy a cobrar por algo que hice para mí­, si alguien paga por ello puede llevarse una decepción” así­ de contundente se muestra el creador asiático de este juego.
El juego apareció en 2004, año en el que se disponí­a de muchas herramientas para crear excelentes y espectaculares juegos, como de hecho se crearon. No obstante, Amaya decidió hacerlo solo, utilizando para ello nada más que Windows y Visual Studio.
La noticia es extraña y agradable a la vez. La justificación del creador te hace pensar, se aleja de todo lo habitual y prefiere regalar sus horas de creación a todos los que quieran aprovecharlas.
Acostumbrados a descubrir en internet páginas de juegos de estrategia, de deportes, de poker o, incluso, tragamonedas, en las que inicialmente (aunque luego con suerte ganemos) debemos gastarnos dinero, la idea de Amaya llama sobremanera la atención.