En la actualidad, las aplicaciones de transporte compartido forman parte del ecosistema de movilidad de muchas ciudades. Tras su masificación hace ya algunos años, consiguieron revolucionar la forma en que nos movemos por las ciudades.
Sin embargo, una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Florida revela que las políticas de restricción impuestas a estas aplicaciones pueden tener consecuencias negativas en el ecosistema de transporte de una ciudad.