Seguramente todos vosotros habéis visto ya los vídeos que circulan por las redes sociales en los que se programa a ChatGPT para que actúe como un entrevistador de una oferta de empleo. Es tan sencillo como pegarle la oferta y pedirle que actúe como alguien que os hace una entrevista para la misma, las preguntas que generará tendrán bastante sentido.
Pero no nos engañemos, el potencial de ChatGPT para revolucionar la forma en que nos preparamos para las entrevistas de trabajo es muy limitado. Esta visión optimista merece un escrutinio detallado, especialmente cuando se consideran las complejidades inherentes a la interacción humana y el proceso de selección de empleo.