OpenAI acaba de abrir las puertas de su nuevo generador de imágenes a todos los usuarios de ChatGPT, incluso aquellos que usan la versión gratuita. Esto representa un gran salto en accesibilidad para quienes quieren experimentar con inteligencia artificial creativa, sin necesidad de pagar una suscripción.
Desde WWWhatsnew.com creemos que esta decisión democratiza aún más el acceso a herramientas avanzadas de IA, pero también pone sobre la mesa nuevas dudas sobre los usos indebidos y los posibles conflictos con derechos de autor. En este artículo te explicamos en qué consiste esta nueva funcionalidad, cómo puedes usarla, cuáles son sus limitaciones y qué preocupaciones ha generado.
¿Qué es el generador de imágenes de ChatGPT?
Se trata de una herramienta integrada directamente en ChatGPT, basada en el modelo GPT-4o, que permite generar imágenes a partir de texto. Es decir, tú escribes una descripción (por ejemplo: «un perro astronauta caminando sobre Marte») y la IA te entrega una imagen original basada en esa idea.
Hasta hace poco, esta opción solo estaba disponible para usuarios de pago. Pero ahora, como ha confirmado Sam Altman, CEO de OpenAI, cualquier persona con una cuenta gratuita puede usarla, aunque con algunas restricciones.
¿Cuántas imágenes puedes generar si no pagas?
Aunque OpenAI no ha especificado oficialmente el límite exacto para usuarios gratuitos, Altman mencionó hace unos días que el tope sería de tres imágenes por día. Es decir, puedes probar la herramienta, pero si quieres generar muchas variaciones o hacer pruebas más avanzadas, probablemente tendrás que esperar al día siguiente… o suscribirte.
Desde WWWhatsnew.com consideramos que esta limitación es razonable: permite a todo el mundo experimentar sin saturar los servidores (que, dicho sea de paso, ya están al límite por la demanda) y da un incentivo claro para quienes quieran ir más allá.
La demanda fue tan alta que “derritió las GPU”
Una vez liberada esta función, la respuesta fue explosiva. Altman dijo que los servidores de la empresa estaban tan ocupados que las GPU parecían estar «derritiéndose». Esto, claro, es una forma coloquial de decir que el sistema estaba operando a máxima capacidad por la avalancha de solicitudes.
Esto no solo demuestra el interés masivo por las herramientas de generación visual, sino también lo popular que se ha vuelto ChatGPT como plataforma creativa, no solo como chatbot.
¿Por qué tanta gente está usando esta herramienta?
La posibilidad de crear imágenes a partir de descripciones escritas parece sacada de una película de ciencia ficción, pero ahora está al alcance de cualquiera. Y su aplicación es tan diversa como útil:
Diseñadores pueden hacer bocetos rápidos.
Estudiantes crean imágenes para presentaciones.
Emprendedores generan contenido para redes sociales.
Personas curiosas simplemente juegan con ideas creativas.
En WWWhatsnew.com lo hemos probado para generar ilustraciones conceptuales y escenarios visuales con resultados realmente sorprendentes. La calidad visual es notable, y la rapidez con que entrega los resultados es ideal para el ritmo actual de creación digital.
¿Y los riesgos? Desde falsos recibos hasta estilo Studio Ghibli
Como suele pasar con toda herramienta poderosa, el uso indebido no tarda en aparecer. Algunos usuarios comenzaron a generar imágenes de recibos falsos, como facturas de restaurante, lo que puede prestarse a engaños o bromas de mal gusto.
También surgió la polémica por la facilidad con la que el generador imita el estilo de Studio Ghibli, la icónica casa de animación japonesa. Esto ha reavivado el debate sobre derechos de autor y el entrenamiento de modelos de IA con obras existentes.
OpenAI asegura que todas las imágenes generadas incluyen metadatos que indican que fueron creadas por ChatGPT. Además, afirma que toma medidas si alguna imagen viola sus políticas. Pero no queda claro cuán efectivas son estas restricciones en la práctica.
¿Cómo saber si una imagen fue creada con ChatGPT?
Aquí es donde entra un punto importante: las imágenes generadas con esta herramienta contienen metadatos incrustados que especifican su origen. Esto, en teoría, debería facilitar su identificación y evitar que se usen de forma engañosa.
Sin embargo, como sabemos en WWWhatsnew.com, los metadatos pueden ser eliminados con relativa facilidad por usuarios avanzados. Por eso, aunque es un paso útil, no representa una solución definitiva al problema de los deepfakes o los fraudes visuales.
¿Qué más está pasando con OpenAI?
La apertura de esta función ocurre en medio de una etapa de crecimiento meteórico para la empresa. OpenAI acaba de cerrar una ronda de inversión de 40.000 millones de dólares, liderada por SoftBank, lo que lleva su valoración a nada menos que 300.000 millones.
Además, ChatGPT ya cuenta con 500 millones de usuarios activos cada semana y 700 millones mensuales. Es decir, una de cada diez personas en el planeta lo usa al menos una vez al mes. Impresionante.
Desde WWWhatsnew.com lo vemos como una señal clara del impacto global de la inteligencia artificial conversacional y creativa. No solo se ha consolidado como una herramienta de productividad, sino también como un espacio de exploración artística y lúdica.
Lo bueno, lo malo y lo que viene
Lo bueno: que más personas pueden experimentar con la generación de imágenes, y que el sistema tiene mecanismos de control como los metadatos.
Lo malo: los usos engañosos (como recibos falsos) y los conflictos legales por imitar estilos protegidos. Además, los límites para usuarios gratuitos podrían frustrar a algunos.
Lo que viene: OpenAI planea lanzar pronto un modelo de lenguaje «abierto», lo que podría marcar un nuevo rumbo para la transparencia en IA. También veremos más controles y filtros en la generación de imágenes, así como mejoras en la velocidad y calidad de los resultados.