Los misteriosos orígenes de la escritura: ¿Cómo nacieron los primeros signos?

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Tablilla de arcilla proto-cuneiforme y sellos cilíndricos de Mesopotamia

¿Te has preguntado alguna vez cómo empezó todo esto de la escritura? Esa capacidad tan cotidiana para nosotros —anotar la lista del súper o firmar un contrato— fue una revolución que cambió para siempre nuestra forma de comunicarnos y organizarnos. Pues bien, un equipo de la Universidad de Bolonia ha descubierto pistas fascinantes sobre los primeros pasos que dio la humanidad para plasmar ideas en símbolos.

Te cuento: hace unos 6.000 años, en la antigua Mesopotamia, la gente usaba unos pequeños artefactos llamados sellos cilíndricos. Estos objetos, aparentemente simples, escondían un enorme potencial. Se usaban para dejar impresiones en arcilla húmeda y, aunque en su momento servían para cosas prácticas como sellar documentos o marcar pertenencias, ahora los vemos como un eslabón crucial en la cadena que nos llevó a los primeros sistemas de escritura.


¿Qué tienen de especial los sellos cilíndricos?

Imagina un rodillo pequeño que puedes enrollar sobre una masa de arcilla. Eso es un sello cilíndrico. La gente los utilizaba para «imprimir» dibujos que representaban objetos, ideas o transacciones. Algo así como los emojis actuales, pero tallados en piedra y mucho más serios.

Lo que más llama la atención es que estos diseños no eran aleatorios. Por ejemplo, había patrones que representaban tejidos con flecos o vasijas envueltas en redes, y estos motivos, según los investigadores, son los mismos que más tarde aparecen en los primeros signos del proto-cuneiforme, un sistema de comunicación visual que precedió a la escritura cuneiforme.


¿Cómo pasamos de los símbolos a la escritura?

Este es el punto más emocionante. Los símbolos en los sellos no eran escritura como tal, pero estaban cerca. Representaban conceptos básicos, como “vasija” o “ropa”, que todos en la comunidad podían entender. Con el tiempo, estos símbolos empezaron a organizarse de forma más compleja y se convirtieron en algo más parecido a lo que hoy entendemos por escribir.

Un ejemplo práctico: si ahora usas un Excel para llevar las cuentas del mes, ellos tenían estas tablillas de arcilla llenas de símbolos que les permitían registrar el intercambio de productos como textiles o grano. Eso sí, su «Excel» no tenía fórmulas automáticas ni gráficos de barras.

Desde WWWhatsnew.com creemos que este salto de los símbolos al proto-cuneiforme es como la evolución de los primeros teléfonos móviles a los smartphones actuales. Era una tecnología que respondía a necesidades reales: comercio, administración y, claro, algo de prestigio social. ¿Quién no querría presumir de un sello grabado con diseños únicos?


El proto-cuneiforme: la primera gran revolución

Cuando los signos se hicieron más complejos, surgió el proto-cuneiforme. Esto marcó un antes y un después, porque ya no solo eran dibujos bonitos, sino un lenguaje visual que permitía organizar ideas. Es decir, aquí nacieron los «manuales de instrucciones» del comercio de la época.

Los arqueólogos han encontrado tablillas de arcilla con signos que claramente derivan de los sellos cilíndricos. Por ejemplo, un diseño que parece representar una tela con flecos fue adaptado como símbolo para referirse a textiles. Esto demuestra que los primeros pasos hacia la escritura estaban íntimamente ligados a las necesidades cotidianas de las personas.


¿Por qué esto es relevante hoy?

Estos descubrimientos no son solo una curiosidad arqueológica. Nos recuerdan cómo las necesidades prácticas impulsan la innovación tecnológica. Es un ciclo que seguimos viendo: piensa en cómo las aplicaciones de mensajería evolucionaron para incluir emojis y GIFs, porque a veces una imagen dice más que mil palabras. En cierto modo, esos antiguos sellos cilíndricos fueron los primeros emojis, aunque mucho más serios.

Desde WWWhatsnew.com nos encanta explorar estas conexiones entre el pasado y el presente. La escritura, como muchas de las tecnologías que damos por sentadas, nació porque la gente necesitaba soluciones concretas para problemas cotidianos. Y lo mejor es que esta capacidad de resolver problemas con creatividad sigue siendo uno de los motores principales de nuestra evolución.

En mi opinión, entender los orígenes de la escritura es como mirar fotos antiguas de familia: nos ayuda a entender quiénes somos y cómo llegamos hasta aquí. Es increíble pensar que todo comenzó con pequeños rodillos de piedra y terminó transformando nuestra forma de compartir ideas. ¿Qué será lo siguiente?