La reciente demanda de News Corp contra Perplexity AI marca un punto crítico en la lucha por proteger el contenido en la era de la búsqueda impulsada por IA. Lejos de ser una disputa más sobre derechos de autor, este caso podría redefinir la forma en que interactuamos con la información en la web. Al igual que otras herramientas como Google’s Gemini o SearchGPT de OpenAI, Perplexity AI utiliza contenido de terceros, resumiéndolo en respuestas breves que brindan información directa al usuario, evitando el proceso tradicional de visitar múltiples sitios web. Aunque esta tecnología optimiza la experiencia de búsqueda, plantea una pregunta seria: ¿qué pasará con el tráfico y la subsistencia de los creadores de contenido online?
¿Cómo podría cambiar el panorama de internet?
Estas nuevas IA de búsqueda ofrecen un acceso rápido y resumido a la información, lo que representa una amenaza para el modelo de ingresos actual de los sitios web, que depende en gran medida de la visita directa de usuarios. En lugar de ser una herramienta de orientación, estas IA funcionan como “motores de respuesta”, capaces de satisfacer la consulta sin necesidad de que el usuario acceda a las fuentes originales. Si esta práctica se vuelve predominante, los creadores de contenido, ya sean medios de comunicación, bloggers o influencers, podrían experimentar una disminución de tráfico significativa, afectando su capacidad para generar ingresos a través de publicidad, suscripciones o donaciones.
¿Puede la ley proteger a los creadores?
Para News Corp, la respuesta es intentar aplicar derechos de autor. La empresa argumenta que la IA de Perplexity AI utiliza su contenido sin compensación, lo que consideran una forma de “parasitismo” digital. No obstante, el sistema legal no favorece fácilmente estos reclamos, especialmente en el contexto estadounidense, donde los tribunales suelen apoyar el uso “transformativo” del contenido. En el caso de la IA de búsqueda, donde el valor del contenido original se preserva solo parcialmente, probar una violación de derechos de autor resulta complejo y podría limitar el acceso a información de calidad si se restringe en exceso.
La regulación gubernamental: ¿Solución o nuevo obstáculo?
Si la ley actual no cubre completamente el problema, es posible que los gobiernos opten por implementar nuevas regulaciones. Países como Australia, Canadá y la Unión Europea ya han experimentado con códigos de negociación que obligan a plataformas como Google y Meta a pagar por mostrar contenido de noticias. Sin embargo, estas leyes suelen beneficiar a un grupo reducido de medios, dejando de lado a millones de creadores independientes. Además, este tipo de medidas pueden interferir en la libertad de vinculación, un principio fundamental de la web.
Sin embargo, en el caso de la IA, la regulación podría tener una justificación más sólida. Las respuestas generadas por IA no solo ofrecen fragmentos, sino que resumen y presentan el contenido de una forma que reduce la necesidad de visitar el sitio original. Esta dinámica podría, efectivamente, afectar los ingresos de los sitios fuente de manera más directa, y los gobiernos podrían intervenir estableciendo una forma de compensación que equilibre el beneficio compartido entre plataformas y creadores.
¿Es posible un mercado justo sin intervención estatal?
Ante la creciente presión, algunas empresas de IA han comenzado a negociar acuerdos con editores para evitar conflictos legales. Perplexity AI, OpenAI y Google ya exploran acuerdos comerciales que, si bien tranquilizan a algunos medios grandes, dejan sin resolver el problema para millones de creadores. Esta política de “apaciguamiento” beneficia solo a aquellos con suficiente influencia para negociar, mientras los creadores pequeños siguen en desventaja, sin un mecanismo para recibir ingresos justos por el uso de su contenido.
WWWhatsnew.com siempre ha resaltado cómo las innovaciones tecnológicas traen consigo retos para todos los involucrados en el ecosistema digital. En este caso, parece urgente que la industria tecnológica desarrolle un sistema de recompensas que apoye a creadores de todos los tamaños y tipos, permitiéndoles recibir beneficios por el valor que sus contenidos aportan. En mi opinión, los grandes actores de la IA deberían adoptar un modelo de atribución justo, parecido a lo que hemos visto en plataformas como YouTube o TikTok, donde la monetización es un pilar para el sostenimiento de los creadores.
¿Qué nos depara el futuro?
La economía digital, basada en el tráfico y la atención, podría haber sido insostenible desde el principio. Tal vez es hora de replantear la forma en que incentivamos la producción de contenido de calidad. La IA ha planteado una nueva urgencia para que los actores de la industria busquen soluciones innovadoras y justas que, si se implementan correctamente, podrían ofrecer una economía digital más equitativa. Si la industria de la IA no toma cartas en el asunto, es probable que los gobiernos impongan su propio modelo, un cambio que, aunque controvertido, parece cada vez más inevitable en un mundo donde la tecnología y el contenido se entrelazan cada vez más.
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