¿Te has dado cuenta de cuántos libros electrónicos leen tus amigos y familiares últimamente? Los e-readers están en auge, son súper prácticos y te permiten tener una biblioteca entera en tus manos. Pero, ¿y si te dijera que puedes convertir ese tablet viejo que tienes acumulando polvo en un lector de libros electrónicos espectacular? Vamos, te mostraré cómo hacerlo de manera sencilla y sin complicaciones.
El tablet viejo, tu nuevo mejor amigo
Primero que todo, déjame contarte una pequeña anécdota. Un día, limpiando mi ático, encontré un viejo tablet que ni recordaba tener. Estaba lento, la batería se descargaba rápido y ni pensaba en usarlo para ver mis series favoritas. En ese momento, se me ocurrió la brillante idea de transformarlo en mi nuevo lector de ebooks. ¡Fue lo mejor que pude hacer!
Para empezar, coge tu tablet viejo y asegúrate de cargarlo completamente. Luego, limpia todo lo innecesario que pueda tener. Borra aplicaciones que no uses, fotos antiguas y cualquier cosa que ocupe espacio. Cuanto más limpio esté, más eficiente funcionará para nuestra misión de lectura.
Aplicaciones esenciales para la lectura
Ahora, vamos a entrar en la acción real. Necesitamos encontrar las aplicaciones adecuadas. Yo personalmente recomiendo Kindle y Aldiko Book Reader. Ambas son fantásticas, pero cada una tiene sus ventajas.
Con Kindle, tendrás acceso a toda la biblioteca de Amazon, lo cual es una increíble ventaja. Baja la app de Kindle desde la tienda de aplicaciones de tu tablet y abre una cuenta si no la tienes ya.
Por otro lado, si lo tuyo es poder leer en varios formatos, Aldiko Book Reader es una estrella en esto. Es compatible con EPUB y PDF, y tiene una interfaz súper amigable.
Una vez instaladas tus aplicaciones, configura las opciones de lectura a tu gusto. Ajusta el brillo, la fuente, el tamaño del texto y los márgenes para que tu experiencia de lectura sea lo más cómoda posible. Créeme, estos pequeños ajustes hacen una gran diferencia.
Personaliza tu experiencia de lectura
No podemos olvidar algunos detalles que harán tu lectura aún más encantadora. Para que el tablet no se quede sin batería en pleno clímax de una novela, asegúrate de activar el modo de ahorro de energía y lleva siempre contigo un cargador portátil.
Otra cosa que podrías considerar es adquirir una funda práctica y cómoda. Me volví loca buscando una en Amazon hasta que encontré una que también sirve de soporte. Así, puedo leer sin tener que estar sujetando el tablet todo el tiempo. Un truco que me encanta es colocar una cinta adhesiva de velcro en la parte trasera de la funda para poder colgar el tablet en cualquier lugar. Es útil si te gusta leer mientras cocinas.
De hecho, en WWWhatsnew.com, encontré una entrada muy guay sobre cómo hacer esto en pocos minutos. Nuestra comunidad siempre está compartiendo trucos y soluciones ingeniosas que te pueden sacar de un aprieto.
Por cierto, una última pincelada que no puedo dejar de recomendar es el uso de auriculares Bluetooth. Varios tablets viejos tienen problemas con la entrada de auriculares, y el sonido inalámbrico es una delicia para acompañar una buena lectura con un audiolibro.
Comparte tu nueva biblioteca
Después de todo este proceso, estoy segura de que querrás compartir tu nueva biblioteca digital con tus amigos y familiares. Lo mejor de todo es que hay aplicaciones que facilitan esto. Con Goodreads, por ejemplo, puedes mantenerte al día con lo que están leyendo tus amigos, dejar reseñas y recibir recomendaciones basadas en tus gustos. Es genial ver cómo tus libros favoritos cobran vida y se convierten en temas de conversación.
Para quienes tengan un presupuesto ajustado pero sean unos ávidos lectores, las bibliotecas locales y nacionales suelen tener una gran cantidad de ebooks gratuitos. Solo necesitas tu tarjeta de la biblioteca para acceder a libros digitales y audiolibros.
Si sigues estos pasos, ese tablet viejo se convertirá en tu nuevo mejor amigo para la lectura, y descubrirás el placer de tener un lector de libros electrónicos hecho a tu medida.
Recuerda, todo lo que necesitas muchas veces está al alcance de tu mano, o quizás escondido en el ático, solo esperando a ser descubierto. ¡Feliz lectura!