Intel, el gigante de los chips que alguna vez dominó el mercado, está considerando medidas drásticas para recuperarse en la era de la inteligencia artificial (IA). Según fuentes cercanas a los planes de la compañía, el CEO Pat Gelsinger y otros altos ejecutivos están preparando una propuesta ambiciosa para reestructurar las operaciones de Intel. Esta estrategia, que se presentará al consejo a finales de este mes, podría incluir la venta de unidades de negocio enteras y una reducción significativa de los gastos de capital.
Posibles ventas y recortes
Una de las divisiones que podría estar en venta es la unidad de chips programables Altera, que Intel adquirió en 2015 por 16,700 millones de dólares. Esta medida se debe a que Intel ya no puede justificar el financiamiento de subsidiarias que no están generando los beneficios esperados, especialmente con sus ganancias cada vez más reducidas.
La situación financiera de Intel es crítica: durante el segundo trimestre del año (de abril a junio), la compañía reportó una pérdida neta de 1,600 millones de dólares, lo que provocó una caída de más del 26% en sus acciones. La situación se agravó aún más con el anuncio en abril de pérdidas acumuladas de 7,000 millones de dólares en 2023.
Aunque la empresa está buscando reducir costos de manera significativa, el informe señala que la propuesta no contempla la opción más extrema, como una desintegración completa o la venta de sus operaciones de fundición a competidores como TSMC.
Recortes de gastos y posibles cancelaciones
A pesar de evitar medidas drásticas, Intel enfrenta importantes recortes en su ambición de manufactura. Se especula que la planta de 32,000 millones de dólares en Alemania, que ya enfrenta retrasos, podría cancelarse para conservar efectivo. En su último reporte de ganancias, Intel anunció planes para reducir los gastos de capital para 2025 en un 17%, hasta los 21,500 millones de dólares.
La lucha por mantenerse relevante
La principal motivación detrás de esta reestructuración es la lucha de Intel por mantenerse al ritmo de competidores más ágiles como Nvidia en los mercados de IA y computación avanzada. Mientras que la capitalización de mercado de Nvidia se acerca a los 3 billones de dólares, Intel está actualmente en alrededor de 95 mil millones de dólares.
Intel ya ha tomado algunas medidas preventivas, como separar sus negocios de diseño y fundición en unidades distintas. Sin embargo, podrían ser necesarias acciones más contundentes para enderezar el rumbo, motivo por el cual se ha convocado una reunión de la junta para discutir el futuro de la compañía. Según el informe, Intel ha contratado a firmas como Morgan Stanley y Goldman Sachs para asesorar sobre posibles desinversiones.
Intel se encuentra en una encrucijada, buscando formas de mantenerse competitivo mientras enfrenta desafíos significativos en un mercado tecnológico en constante cambio.