El equipo de investigación liderado por el profesor Brett McGuire del MIT ha logrado identificar una nueva molécula en el espacio, denominada 2-methoxyethanol, en la región de formación estelar NGC 6334I. Este hallazgo ha sido publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, y nos ayuda a ampliar nuestro entendimiento de la química cósmica y la formación de moléculas complejas durante la formación de estrellas.
El descubrimiento de 2-methoxyethanol es el resultado de una colaboración internacional que involucró a científicos y técnicos de varios lugares, incluyendo Francia, Florida, Virginia, y Copenhague. Los investigadores combinaron datos experimentales del espectro rotacional de la molécula, que se midió en instalaciones como la Universidad de Lille y el New College of Florida, con observaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA).
El enfoque utilizado por el grupo McGuire involucra el análisis del espectro rotacional de moléculas, patrones únicos de luz que emiten mientras giran en el espacio. Estos patrones actúan como huellas digitales que permiten identificar moléculas incluso a vastas distancias. Este método ha sido potenciado recientemente con el uso de inteligencia artificial para sugerir moléculas objetivo prometedoras para futuras investigaciones.
El caso es que la 2-methoxyethanol es una de las moléculas más grandes y complejas detectadas en el espacio, con 13 átomos en su estructura. Anteriormente, solo se habían identificado seis especies mayores de 13 átomos fuera del sistema solar, la mayoría estructuras anulares. Este hallazgo es significativo porque ayuda a los científicos a entender mejor cómo se pueden formar moléculas grandes y complejas en el espacio, un tema clave para comprender la química prebiótica y la formación de la vida en el universo.
El equipo de McGuire continúa observando y analizando grandes moléculas para entender mejor las reacciones químicas que facilitan su formación y abundancia en el espacio.
Investigaciones similares han sido llevadas a cabo por otros grupos, como los esfuerzos del equipo de la European Space Agency (ESA) utilizando el telescopio Herschel para estudiar la formación de agua y moléculas orgánicas en las nubes interestelares.
La IA está ayudando a acelerar el avance en todos los sectores, y la química cósmica no se escapa.
Tenéis más información en este artículo del MIT.