Microsoft ha decidido modificar la forma en que los usuarios de Windows actualizan sus impresoras. Este cambio podría tener un impacto significativo tanto en los usuarios como en los fabricantes de hardware.
Desde hace décadas, Microsoft ha permitido que las empresas de impresoras incluyan sus controladores en las actualizaciones de Windows. Este método ha facilitado que los usuarios mantengan sus dispositivos al día sin complicaciones.
La empresa de Redmond ha anunciado que dejará de ofrecer controladores de terceros a través de las actualizaciones de Windows. En lugar de eso, los fabricantes deberán incorporar sus controladores en las Aplicaciones de Soporte de Impresión, que se distribuirán a través de la Microsoft Store.
Según un documento de soporte de Microsoft, este cambio permitirá a los fabricantes construir una única solución compatible con todas las versiones de Windows. La implementación de estos cambios comenzará en septiembre de 2023 y se llevará a cabo de forma escalonada hasta 2027.
Este cambio obligará a los fabricantes y desarrolladores a adaptarse a un nuevo modelo de distribución. Aunque inicialmente podría suponer un desafío, a largo plazo podría simplificar el proceso de actualización y mantenimiento.
Es aconsejable que los usuarios de Windows 10 consideren la actualización a Windows 11 para estar preparados para estos cambios. Mantener el sistema operativo al día será crucial para asegurar una transición sin problemas.
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