En un mundo obsesionado con la juventud y la belleza, no es sorprendente que la búsqueda de la eterna juventud se haya convertido en un negocio millonario. Empresas emergentes, multimillonarios y gobiernos están invirtiendo fuertemente en la investigación y el desarrollo de terapias de rejuvenecimiento.
Sam Altman, el famoso inversor y emprendedor de Silicon Valley, ha invertido $180 millones en Retro Biosciences, una empresa que busca desarrollar terapias de rejuvenecimiento. A pesar de la gran cantidad de dinero invertido, la participación de Altman en Retro ha sido mantenida en secreto para evitar que su nombre fuera un obstáculo para el éxito de la empresa.
La investigación en el área de la eterna juventud se enfrenta a varios desafíos. Uno de los principales es el riesgo de generar resentimiento público si las terapias solo están disponibles para los ricos. Por otro lado la ciencia detrás de la terapia de rejuvenecimiento aún no está completamente definida y existe la posibilidad de efectos secundarios no deseados.
La promesa de las terapias de rejuvenecimiento es grande. Si se logra retrasar el envejecimiento humano, se podría reducir la incidencia de muchas enfermedades graves, como el cáncer y las enfermedades cardíacas. También está la posibilidad de prolongar la vida útil de muchos órganos y tejidos del cuerpo humano, permitiendo a las personas mantener su salud y vitalidad durante más tiempo, algo que el ser humano lleva buscando durante siglos.
Aunque Retro Biosciences cuenta con una inversión millonaria, no es la única empresa que busca desarrollar terapias de rejuvenecimiento. Altos Labs, una organización creada por inversores anónimos, anunció que invertiría $3 mil millones en investigación y desarrollo de terapias de rejuvenecimiento. Además, hay otras empresas emergentes en el mercado, como NewLimit, fundada por el multimillonario de criptomonedas Brian Armstrong.
A pesar de los desafíos y la competencia en el mercado, la investigación en la eterna juventud continúa avanzando, y en este artículo extenso del MIT comentan más detalles que nos hacen pensar que estamos más cerca de algo que solo sale en los libros de ciencia ficción.