Si bien los mosquitos pueden parecer insectos inofensivos, su picadura puede resultar perjudicial para los humanos en casos donde hayan sido infectados con algún parásito, especialmente el de la malaria.
Esta enfermedad suele ser común en países tropicales y subtropicales, afectando alrededor de 290 millones de personas anualmente, de las cuales 400 mil no logran superarla.
Sin embargo, hace poco se publicaron resultados de un ensayo realizado en humanos de fase 1 a los cuales se les había suministrado un novedoso tratamiento con anticuerpos, desarrollado con el propósito de prevenir la infección de la malaria.
Posteriormente se demostró que casi todos los voluntarios habían manifestado inmunidad tras haber sido expuestos a la malaria. Con este resultado se demuestra el potencial que posee este tratamiento único para convertirse en una herramienta clave en el combate contra esta enfermedad mortal.
Para este ensayo se utilizaron anticuerpos monoclonales optimizados denominados L9LS, los cuales fueron dirigidos hacia una proteína desde la cual el parasito de la malaria pone en marcha la infección.
Cabe mencionar que los anticuerpos monoclonales constituyen herramientas terapéuticas de gran eficacia, aunque su acción permanece por menos tiempo que aquella ejercida por las vacunas. Esto debido al hecho de tratarse de anticuerpos preexistentes diseñados para degradarse con el tiempo.
De modo que, al ser usados como tratamiento, los anticuerpos monoclonales tienen un tiempo de vida de unas pocas semanas o varios meses como máximo.
En ese sentido, los investigadores a cargo del desarrollo del L9LS señalaron que este ha sido manipulado de manera que pueda alcanzar una vida media de 56 días, aunque desconocen el tiempo de protección que brindará la aplicación de un único tratamiento. Se dice que esta podría ser de varios meses en adultos, mientras que para los niños la protección podría alcanzar un periodo de seis meses.
Para el ensayo realizado con el L9LS, se contó con la participación de 17 personas sanas, de las cuales a algunas les fue suministrado el tratamiento con anticuerpos vía intravenosa, mientras que otras lo recibieron a través de inyecciones subcutáneas.
Si bien los tratamientos con anticuerpos monoclonales no poseen una acción que perdure por un tiempo igual o superior al de las vacunas, estos constituyen un factor clave en la lucha contra la malaria.
En ese sentido, la experta en enfermedades infecciosas Johanna Daily expresó incluso que esta herramienta podría resultar determinante en la erradicación de la enfermedad si se llega a combinar con vacunas eficaces.