Se cree que en el fondo marino hay 30 veces más plástico que en su superficie, pero aún así estamos hablando de una enorme cantidad de basura que flota por los océanos de todo el mundo.
Para intentar limpiar lo máximo posible, es necesario, por un lado, limpiar más rápido que lo que se ensucia, y por otro, presentar proyectos viables que recojan la basura y la traten de forma adecuada.
Uno de esos proyectos llega desde Holanda con un proceso que recogió 9 toneladas de plástico durante la semana pasada, todas ellas del Océano Pacífico.
La idea es de Boyan Slat fundador de la ONG Ocean Cleanup. Su objetivo es limpiar el 90 por ciento del plástico oceánico flotante para 2040, y para ello usarán la máquina llamada «Jenny», capaz de coger el plástico usando redes gigantes.
El proyecto lo lanzaron en el Great Pacific Garbage Patch en agosto. Ahora se han presentado los resultados, y promete.
Dónde está la isla de basura
Se trata de una zona del océano cubierta de desechos marinos y plásticos que se encuentra en el océano Pacífico, entre las coordenadas 135° a 155°O y 35° a 42°N. Ya le han puesto nombres diversos, como Isla de basura, Isla tóxica, Gran mancha de basura en el Pacífico, Gran zona de basura en el Pacífico, Remolino de basura del Pacífico o Isla de la contaminación.
En plasticcollectors.com comentan su principal composición, redes de pesca, y en forbes indican las diferentes zonas que hay en el mundo que podrían considerarse islas de basura.
Cómo funciona Jenny
La idea es tener una barrera flotante de unos 100 metros en forma de embudo. Dos embarcaciones lo remolcan a través del océano y dejan que sea la propia corriente del océano quien empuje el plástico hacia las redes.
Una vez recogido, el plástico se transporta a la costa y se recicla en gafas de sol que venden a 200 dólares, dinero dedicado a financiar la limpieza.
Es posible que 10 Jennys puedan limpiar el 50 por ciento del Great Pacific Garbage Patch en cinco años, aunque los haters indican que es un esfuerzo inútil, ya que la mayoría está bajo el mar, no en la superficie.
La mayor crítica de todas apunta al hecho de que los recipientes utilizados por el dispositivo Jenny funcionan con combustibles fósiles, pero aún así está claro que hay que dar el primer paso, hay que mostrar soluciones para después ir mejorándolas. Sentados criticando desde Twitter no se avanza mucho.