La idea de cambiar mi móvil Android por un iPhone no había sido tan real hasta que di mi Galaxy S10 Plus como forma de pago para hacerme con un Galaxy S20. A priori, ya el S10 Plus tenía algunas pegas que no tendrían que haber estado en un móvil de gama alta. Y sí, el S20 fue, en lo personal, la gota que llenó el vaso.
Tan solo unos días después de usar el Galaxy 20, decidí dar el salto y venderlo para poder comprar el iPhone 12 Pro Max. De entrada, el precio no jugaba a favor del smartphone de Apple, pero poco a poco las cosas fueron cambiando. He aquí mi experiencia en los puntos más importantes.
Lo primero, pasar toda la información de Android a iOS
Ya sabemos que es tedioso pasar toda la información de un Android a otro, pero en este caso, era hora de probar la dificultad al enviar los contactos, archivos y apps de Android a iOS. Tal y como aparecía en los tutoriales, la herramienta Move to iOS fue mi mejor amiga para enviar todo el contenido del Galaxy S20 al 12 Pro Max. Eso sí, el tiempo de la transferencia no es nada rápido, aunque esto depende de la cantidad de información que vayas a enviar.
Experiencia de uso, aún adaptándome al cambio en ciertos detalles
He aquí una las diferencias más notables entre los dispositivos iOS y Android. Tan solo al tener completa la fase de instalación y de creación de la cuenta de iCloud, se nota una pantalla principal con muy buena estética y resolución. Tan solo por nombrar algunos detalles, quedan atrás el cajón de aplicaciones, la opción rápida para cambiar el fondo de pantalla y las demás cosas que se pueden hacer con herramientas como los launchers.
Por fortuna, llegué en una época donde Apple está metiendo bastante mano en el tema de la personalización. Los de la manzana mordida tienen buenas opciones a nivel de widgets, e incluso, han añadido una sección llamada Biblioteca de apps, la cual agrupa las aplicaciones de acuerdo a su categoría y permite la búsqueda de otras.
Además de lo anterior, cabe destacar que no fue fácil adaptarme al no tener botón principal ni el de Menú y volver. También cambia la forma en que se accede a las apps abiertas, y ni hablar del desplazamiento de las notificaciones deslizando en la parte izquierda del Notch y de los ajustes o acciones rápidas deslizando en la parte derecha. Las primeras veces cuesta un poco acostumbrarse, aunque a día de hoy estoy más que feliz con dichas acciones del sistema.
Cámara: una de las razones principales para hacer el cambio
Al dar el salto de un móvil de gama media-baja al Samsung Galaxy S10 Plus pensaba que los problemas en la cámara estarían resueltos… pero no fue así. Tal vez las lentes traseras hacían un trabajo decente tanto de fotos en gran angular como en modo retrato. No obstante, cuando probaba la cámara frontal, el móvil siempre flaqueaba con los resultados (aún más en modo nocturno).
Cuando hice el cambio al S20, automáticamente noté unas ligeras mejoras en la calidad de las fotos y vídeos, pero sabía que no era suficiente. Siendo así, tomé el iPhone 12 de mi novia para hacer una comparativa rápida, y la verdad es que el Galaxy S20 quedó atrás en todos los modos. Una vez con el iPhone 12 Pro Max en mis manos y tras probarlo en diferentes escenarios, sabía que Apple sigue ganando por mucho en este apartado.
Personalización, no tan limitado como pensaba
Como mencioné en el segundo punto, en el tema de personalización no está tan limitado. Pese a que no he recurrido mucho a la app Atajos, esta permite ahorrar tiempo al realizar diferentes tareas, como publicar estados en WhatsApp, hacer búsquedas en Chrome, etcétera. Asimismo, se pueden añadir widgets, reubicar el orden y tamaño del icono de aplicaciones.
Algo que ha añadido Apple en iOS 14 y que resulta interesante es la posibilidad de cambiar el icono de una aplicación, también a través de la app de Atajos. En lo personal, me gusta el aspecto de los iconos actual, por lo que no ha sido necesario utilizar esta herramienta.
En líneas generales, le doy una puntuación casi perfecta a la experiencia con iOS 14 en el iPhone 12 Pro Max, salvo que no tiene el menú desplegable con todas las aplicaciones (lo cual es muy de Android) y tampoco es imprescindible.
Conclusión, ¿valió la pena cambiar de Samsung a Apple? ¡Definitivamente sí!
Debo confesar que entre el círculo de amistades yo era el más ferviente defensor de Android. Conforme iban pasando los años, más convencido estaba de que empresas como Samsung, Huawei y Xiaomi (esta última la más importante en los meses anteriores) podían arrebatar mayor pedazo del pastel a Apple. Sin embargo, los de la manzana mordida siguen avanzando y mejorando diferentes aspectos, allí mi enfoque en que valió la pena realizar el cambio.
Pero venga, que no todo es color rosa, pues aunque me siento más que satisfecho en el tema de tamaño, autonomía, cámara y diseño, todavía extraño detalles como el tema de personalización del cajón de aplicaciones y otras bondades que tenía gracias a apps como Nova Launcher.
Y claro está, que el factor precio influye mucho, quizás demasiado, al momento de decantarse por un modelo de móvil, bien sea iPhone o Android. Además, la opinión dada se basa solo en la experiencia que había tenido de uso en los últimos meses con el Galaxy S10 Plus y el Galaxy S20, la cual fue un poco decepcionante dado el precio que estaba pagando por ellos y la cadencia en algunas características claves como la batería y la cámara, sobre todo la cámara.
Con todo lo anterior, estoy seguro que podría sacar de dudas a los que aún no confían totalmente en probar un iPhone, o bien, de los que no se deciden entre adquirir un Samsung o un smartphone con el sello de Apple.