Los wearables, o dispositivos vestibles, han ido adquiriendo capacidades de seguimiento de la salud a lo largo del tiempo, por lo que ya es menos probable encontrarnos con relojes inteligentes o pulseras cuantificadoras que no cuenten con capacidad de medición del nivel de oxígeno en sangre, por ejemplo, dado el auge que esta característica ha ido experimentando a lo largo del pasado año.
Y puede que pronto contemos con nuevas capacidades, y sin necesidad de comprar nuevos wereables. En este sentido, Valencell, una desconocida compañía de componentes portátiles, pero cuya tecnología se encuentra presente en wereables de marcas conocidas, señala haber encontrado la manera de medir la presión arterial utilizando los sensores de frecuencia cardíaca de fotopletismografía (PPG) en el dedo o en la muñeca.
Con ello no será necesario que los dispositivos alberguen un nuevo sensor, aprovechando el sensor PPG PPG ya existente en los dispositivos.
La compañía ha tratado en un principio de conseguir más información a través de estos sensores, para tratar de obtener una mayor precisión en las mediciones, aunque la aparición de la pandemia del coronavirus dio al traste con estos planes, y en su lugar, la compañía ha optado por hacer que el software pueda diferenciar las señales buenas y malas de los datos recopilados de estos sensores.
Precisión en las mediciones sin las incomodidades de dispositivos de salud
Además, el nuevo enfoque permite además que la monitorización pueda llevarse incluso de manera continuada y en tiempo real, sin necesidad de calibraciones previas ni utilización de manguitos, como ocurre actualmente en los dispositivos especializados en salud, y que según un estudio de la compañía, no ofrecen el factor de forma que invite a los usuarios a hacerse mediciones con mayor regularidad, según explica el Dr. Steven LeBoeuf, cofundador de la compañía, a Gizmodo.
Esta tecnología ya se encontraría lista para implementarse en relojes inteligentes, pulseras cuantificadoras, e incluso en parches y pinzas para el dedo del oxímetro de pulso, aprovechando esos sensores fácilmente identificables, ya que son los que emiten luz verde sobre la piel, aunque su llegada dependerá de que antes cuente con el visto bueno de la FDA y de que los fabricantes vayan solicitando las autorizaciones correspondientes para sus modelos.
Lo más probable es que esta capacidad vaya llegando en los próximos años a través de los nuevos dispositivos vestibles que vayan saliendo al mercado, por lo que a muy corto plazo no la podríamos ver funcionar.