Si bien para cualquier persona una gota de lluvia no es un gran problema, para las mariposas suele ser el equivalente al impacto de un objeto de más de 4 kilos.
No obstante, la fuerza con la que caen las gotas de lluvia puede ser menos peligrosa para los pájaros e insectos como mariposas gracias a las características de sus alas. Según el último estudio realizado, estas cuentan con las siguientes características.
Espinas a escala nanométrica, el secreto de protección ante las gotas de lluvia
En la investigación que lleva por nombre «How a Raindrop Gets Shattered on Biological Surfaces» y que ha sido lanzada en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», se ha logrado probar muy de cerca el impacto que tiene una gota de lluvia en las alas de insectos y plumas de pájaros.
En las pruebas, se dejaron caer gotas de lluvia a una distancia de dos metros para estudiar el proceso cuanto estas tocan las alas. Utilizando cámaras de alta velocidad, se dieron cuenta de que las alas cuentan con un microblindaje que permite que el líquido se resbale y se rompa en cientos de gotas, esto por medio de las espinas nanométricas que posee.
Algo de suma importancia que también se descubrió es que para no enfriar las alas, lo cual puede afectar el vuelo de la mariposa, una cubierta de cera se encarga de disminuir el contacto del líquido hasta en un 70%. Gracias a esto, los músculos pueden hacer que las alas continúen su camino sin quedarse encima de cada gota que puede caer a 10 metros por segundo.
Tal y como lo ha destacado Sunghwan Jung: «Recibir el impacto de una gota de agua es una de las situaciones más peligrosas para un animal tan pequeño».
Al final de la investigación, también se deja ver que los especialistas, liderados por Jung, se hacen de la información necesaria para desarrollar materiales que pueden ser utilizados en la confección de ropa impermeable y hasta en el campo de la aeronáutica. Seguro mostraremos más avances en el área en un futuro no lejano.