Cuando Fitbit anunció la compra de Pebble, miles de consumidores alzaron la voz en las redes sociales, indignados. La mayoría de ellos pidieron un pebble en su campaña de kickstarter, y ahora se quedarán con las ganas de recibirlo, ya que se cancelaron los envíos, se dejarán de fabricar nuevas unidades, se acaban las garantías y las piezas de repuesto… pero quien más gritó fueron los que compraron un pebble en el pasado, con miedo a que dejen de funcionar.
Ahora se conocen más detalles sobre el tema: los servidores que permiten el funcionamiento de los pebble actuales aguantarán durante 2017.
En el blog de desarrolladores de Pebble comentan que las apps que tenemos en nuestro Pebble no funcionan en nustro reloj y sí en la nube, por lo que no hay otra opción: hay que mantener los servidores activos el mayor tiempo posible.
Garantizan que las APIs de Pebble SDK, CloudPebble, la disponibilidad de firmware, aplicaciones para móviles, portal de desarrolladores y appstore de Pebble se actualizarán y funcionarán durante el próximo año, pero no hay ninguna garantía de que ocurra lo mismo en 2018, por lo que, tarde o temprano, se transformarán en un bonito portapapeles.
Fitbit no ha respetado de forma adecuada a los consumidores en este sentido. Ha comprado al talento del equipo, pero ha rechazado la compra y manutención de una tecnología que ha atraído a miles de personas durante los últimos años.
#RipPebble