Los virus que circulaban por MS-DOs hace algunas décadas eran igual de «divertidos» y dañinos que en la actualidad. En algunas ocasiones se veía como las letras caían afectadas por alguna gravedad misteriosa, en otras simplemente aparecía la pantalla azul de la muerte.. eso cuando no se formateaba el disco duro, o se amenazaba para ello.
En aquellos tiempos, cuando había que «aparcar» el disco duro antes de salir, teníamos decenas de virus disponibles, y ahora hay un museo online en The Malware Collection para que podamos simularlos en nuestro navegador, sin peligro, claro.
Alojado en archive.org, como no podía ser de otra forma, mezclaban «música» con destrucción a partes iguales. Si tenemos en cuenta que los antivirus llegaron mucho después, es fácil entender la histeria a la hora de poner un diquette con contenido desconocido en nuestro ordenador.
Los virus de hoy no son tan divertidos, pero el peligro es semejante: pérdida o robo de información, dos problemas que pueden ser solucionados con más distribución de cultura digital en la educación básica, ya que el antivirus de turno solo es el último eslabón de la cadena que garantiza nuestra seguridad.