Desde que la app Secret se transformó en una fiebre en Brasil, la justicia del país no ha dejado de tener trabajo extra.
Estamos hablando de una nación en la que está prohibido el anonimato, en la que se protege el derecho a la defensa por encima de muchos otros derechos, y eso es algo que Secret no ofrece, ya que si alguien se siente ofendido, no tiene como defenderse al no conocer al agresor.
Hace pocos meses vimos en Brasil como un consultor de marketing llevaba el caso a la justicia de Sí£o Paulo, al ver como había textos en la app que le ofendían directamente, con mentiras que le estaban perjudicando tanto personal como profesionalmente. El juez, en aquel caso, dijo que no podía solicitar la retirada de Secret, ya que produciría interferencia con el derecho de otras personas (ya sabéis aquello de «tu derecho acaba cuando empieza el derecho de los demás»).
El problema es que ahora la petición no fue realizada por un consultor de marketing y sí por el Ministério Público do Espírito Santo, que abrió el proceso como una acción civil pública.
La aplicación también tiene problemas con el Código de Defesa do Consumidor al no tener los términos descritos en portugués, así como con el recientemente aprobado Marco Civil na Internet brasileira, ya que no hay representación en Brasil de la empresa responsable por Secret.
No es fácil entrar en un país con más de 100 millones de internautas, ni es fácil mantenerse, pero en este caso está claro que Secret podría hacer mucho para impedir que la aplicación se utilice como una plataforma de Bullying Virtual.
Google y Apple tendrán que eliminar ahora la aplicación de sus markets correspondientes, así como borrar las que estén instaladas en los teléfonos de los usuarios, aunque dudo que consigan eliminar la presencia del proyecto, ya que cualquiera podrá instalar el apk directamente.