El evento que se ha celebrado en Brasil durante los últimos días, con representantes de 80 países hablando sobre el presente y el futuro de Internet, no ha pasado desapercibido. Ha generado un amplio documento con datos que serán debatidos durante años, y esperemos que de forma abierta.
En él se ha hablado de la ley brasileña Marco Civil da Internet, ley que empezó a mascarse en 2009 y que se ha aprobado en las últimas semanas (sin haber resuelto algunos agujeros serios, todo sea dicho). En dicha ley se establecen los derechos y obligaciones de las empresas que dan acceso a la red de redes, un punto que también ha sido tratado de forma global.
La Constitución que los usuarios y empresas debemos seguir en Internet, los factores comunes que deben tener todos los países, es algo que se ha discutido bastante, generando cinco puntos que destacan en globo.com:
1 – Mantener la red como un lugar propicio a la innovación y a la creatividad, fundamentos responsables por nuevos servicios online.
2 – Promover mejor gestión de Internet, para que gobiernos, entidades de la sociedad civil y especialistas técnicos participen, con decisiones más transparentes, colaborativas e justas.
3 – Pensar de que forma Internet debe promover derechos humanos, como la libertas de expresión e de asociación, privacidad e el acceso a la información.
4 – Diseminar padrones técnicos y arquitecturas de red abiertas y distribuidas, para no restringir la elaboración de nuevas herramientas en grupos específicos.
5 – Crear etapas de desarrollo de los puntos discutidos sobre la gestión de Internet y de los próximos pasos.
Uno de los puntos más polémicos hace referencia a la neutralidad de red. El objetivo es que todos paguemos lo mismo por el acceso a Internet independientemente del uso que hagamos de la conexión, pagando únicamente diferentes cantidades en función de la velocidad de conexión. No se pretende que por usar Netflix, por ejemplo, que consume más Internet que en una casa donde no se ven vídeos en la web, se tenga que pagar más. En este punto Estados Unidos no está de acuerdo, por lo que la telenovela de la neutralidad continuará durante mucho tiempo.
Como veis, es tan ambicioso como necesario. Esperemos ahora que deje de ser una bonita acción que ha generado un bonito documento guardado dentro de un bonito cajón.