La creciente demanda de tierras raras —elementos químicos esenciales para tecnologías verdes y dispositivos electrónicos— ha transformado su explotación en un eje central de las tensiones geopolíticas globales.
China domina actualmente el 85-90% del refinado y el 92% de la producción de imanes basados en estos materiales, según estimaciones recientes [2] [4]. Sin embargo, yacimientos en España (Ciudad Real, Galicia), Ucrania (Donetsk, Kirovogrado) y Suecia (depósito de Per Geijer) emergen como focos de disputa entre intereses económicos, ambientales y estratégicos. La Unión Europea, mediante su Reglamento de Materias Primas Fundamentales (2024), busca reducir su dependencia asiática fijando metas del 10% en extracción local y el 40% en procesamiento interno para 2030 [2]. Proyectos como el de Quantum Minería en Ciudad Real, bloqueado por conflictos ambientales, ejemplifican los desafíos para equilibrar soberanía industrial y sostenibilidad [1] [5]. Paralelamente, las negociaciones de Estados Unidos para acceder a reservas ucranianas revelan cómo estos minerales han devenido en moneda de cambio en conflictos armados y acuerdos comerciales [3].
Composición y Relevancia Estratégica de las Tierras Raras
Definición y Aplicaciones Tecnológicas
Las tierras raras comprenden 17 elementos de la tabla periódica, incluidos el neodimio, el cerio y el disprosio, caracterizados por sus propiedades magnéticas y luminiscentes [4]. Contrario a su nombre, su rareza no radica en su abundancia geológica —el cerio es tan común como el cobre— sino en la dificultad para encontrarlos en concentraciones explotables y en los complejos procesos de separación química requeridos [4]. Estos elementos son insustituibles en imanes para turbinas eólicas (neodimio), catalizadores de vehículos eléctricos (lantano), pantallas táctiles (europio) y sistemas de guiado militar (iterbio) [3] [4]. La transición energética global ha multiplicado su demanda: el mercado de minerales críticos alcanzó los 320.000 millones de dólares en 2025, con proyecciones de duplicarse para 2030 [2].
La Cadena de Valor y su Concentración Geográfica
Aunque las reservas de tierras raras están dispersas —China posee el 37%, seguida de Vietnam (18%) y Brasil (17%)—, el dominio chino en procesamiento (85-90% del refinado) crea cuellos de botella estratégicos [2] [4]. Este monopolio se afianzó mediante subsidios estatales y regulaciones ambientales laxas, permitiendo a empresas como China Northern Rare Earth Group escalar producciones a costos inferiores a los occidentales [2]. Enrique Feas, del Real Instituto Elcano, señala que Pekín utiliza este control como «arma geoeconómica», restringiendo exportaciones durante disputas comerciales, como ocurrió con Japón en 2010 [2]. La pandemia de 2022 y las interrupciones logísticas subsiguientes evidenciaron la vulnerabilidad de cadenas de suministro hiperdependientes de un solo actor, acelerando iniciativas occidentales para diversificar fuentes [2] [5].
Distribución Global de Yacimientos y Proyectos Emergentes
Europa: Entre la Autonomía Estratégica y los Límites Ecológicos
La UE identificó 34 materias primas críticas, incluyendo 17 tierras raras, esenciales para sus transiciones digital y verde [2]. Suecia alberga el mayor depósito europeo en Per Geijer (1,3 millones de toneladas de óxidos), aunque su explotación por LKAB enfrenta desafíos técnicos y ambientales [2]. España, tercer país de la UE en recursos minerales, concentra yacimientos en Ciudad Real (monacita), Galicia (Monte Galiñeiro) y Andalucía, aunque proyectos como el de Quantum Minería en Campo de Montiel permanecen paralizados por disputas sobre estudios de impacto ambiental [1] [5]. Vicente Gutiérrez (Primigea) advierte que incluso si Europa extrae sus reservas, la falta de capacidades de refinado —solo China posee tecnología para separar elementos pesados como el terbio— mantendría la dependencia [2].
Ucrania: Un Botín en la Guerra Geopolítica
El subsuelo ucraniano, particularmente en Donetsk y Kirovogrado, alberga depósitos de monacita y bastnasita ricos en neodimio y praseodimio [3]. Analistas sugieren que el control de estos recursos motivó parcialmente la invasión rusa de 2022, posicionando a Ucrania como el «segundo Congo» en minerales críticos [3]. En febrero de 2025, las negociaciones de paz mediadas por Donald Trump incluyeron propuestas para conceder a empresas estadounidenses derechos exclusivos sobre yacimientos a cambio de apoyo en la reconstrucción postbélica [3]. Este escenario refleja una tendencia creciente: según Goldman Sachs, el 70% de los conflictos armados posteriores a 2020 están vinculados a disputas por recursos críticos [2].
América y África: Nuevos Frentes de Competencia
En Groenlandia, estimaciones apuntan a que el 25% de las reservas globales yacen bajo capas de hielo, atrayendo inversiones chinas y estadounidenses pese a riesgos ecológicos [2]. Brasil, mientras, emerge como alternativa a China gracias a yacimientos en Minas Gerais, aunque la falta de infraestructura limita su escalado [4]. En África, la República Democrática del Congo —ya dominante en cobalto— explora depósitos de europio en Katanga, generando tensiones con vecinos por el control de corredores logísticos [3].
Conflictos Políticos y Socioambientales Derivados
La Pugna Sino-Estadounidense por la Hegemonía Tecnológica
La administración estadounidense ha priorizado acuerdos bilaterales —como el pacto de defensa mutua con Australia para explotar las minas de Mount Weld— para eludir el monopolio chino [2]. Como contrapartida, China incrementó su influencia en África mediante la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, financiando infraestructuras mineras a cambio de concesiones a largo plazo [3]. Esta competencia se traslada a organismos multilaterales: mientras Estados Unidos presiona a la OMC para limitar las cuotas de exportación china, Pekín bloquea reformas en el FMI que podrían condicionar sus préstamos a países productores [2].
Europa: Legislación Ambiental vs. Seguridad Industrial
El Reglamento de Materias Primas Fundamentales de la UE (2024) exige evaluaciones de impacto ambiental rigurosas, ralentizando proyectos como el de Ciudad Real [2]. Comunidades locales y grupos ecologistas argumentan que la minería de tierras raras —asociada a lixiviación con ácidos y residuos radiactivos— amenaza acuíferos y biodiversidad [1] [5]. En Torrenueva (Ciudad Real), la plataforma «Campo de Montiel Libre» logró suspender las licencias de Quantum Minería alegando riesgos para el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera [1]. No obstante, la Comisión Europea advierte que sin minería responsable, la UE dependerá de importaciones con mayor huella de carbono, socavando sus metas climáticas [2].
Guerras Comerciales y Reconfiguraciones Alianzas
Las sanciones occidentales a Rusia tras la invasión de Ucrania incluyeron restricciones a la importación de paladio y escandio, elementos críticos para la industria aeroespacial [3]. En respuesta, Moscú estrechó lazos con Myanmar —tercer productor global de tierras pesadas— para eludir bloqueos, mientras China aprovechó la situación para comprar crudo y gas rusos a precios reducidos, financiando así su industria de refinado [3]. Estos movimientos ilustran cómo la diplomacia de recursos redefine alianzas, debilitando bloques tradicionales como la OTAN en favor de coaliciones basadas en intereses materiales inmediatos.
Intereses geopolíticos de Estados Unidos en Canadá y Groenlandia: Estrategias conectadas en el ártico
El interés actual de Estados Unidos en Canadá y Groenlandia está estrechamente relacionado y se centra en varios aspectos estratégicos, incluyendo el control de recursos naturales como las tierras raras:
- Expansión territorial y control del Ártico: Trump ha propuesto convertir a Canadá en el «estado número 51» de Estados Unidos y ha reiterado su interés en adquirir Groenlandia. Esto permitiría a EE.UU. dominar gran parte del Ártico, una región cada vez más importante debido al deshielo y la apertura de nuevas rutas comerciales.
- Recursos naturales y tierras raras: Groenlandia alberga el 25% de las reservas globales de tierras raras, esenciales para tecnologías verdes y defensa. Canadá también posee importantes reservas de minerales críticos. El control de estos recursos reduciría la dependencia de EE.UU. de China, que actualmente domina el mercado de tierras raras.
- Seguridad nacional y contención de rivales: La adquisición de estos territorios permitiría a EE.UU. mejorar su posición estratégica frente a Rusia y China, que han mostrado interés creciente en la región ártica.
- Rutas comerciales: El deshielo del Ártico está abriendo nuevas rutas marítimas que podrían reducir significativamente los tiempos de transporte entre Asia y Europa. El control de Groenlandia y Canadá daría a EE.UU. una ventaja en la gestión de estas rutas.
- Bases militares y sistemas de defensa: Groenlandia ya alberga una importante base militar estadounidense. La expansión del control sobre estos territorios permitiría a EE.UU. fortalecer su presencia militar en el Ártico.
Futuro de las Tierras Raras: Innovación y Gobernanza Global
Alternativas a la Minería Tradicional: Reciclaje y Materiales Sintéticos
Solo el 1% de las tierras raras se reciclan actualmente, debido a la dificultad para separarlas de productos complejos como smartphones [4]. Proyectos europeos como REE4EU promueven técnicas hidrometalúrgicas para recuperar neodimio de imanes usados, aunque su escalabilidad sigue siendo limitada [2]. Paralelamente, investigadores del MIT desarrollan imanes libres de tierras raras usando hierro y nitrógeno, mientras que Tesla experimenta con motores de inducción sin neodimio para vehículos eléctricos [4]. Estas innovaciones, sin embargo, requieren décadas para madurar, manteniendo la minería como fuente primaria en el corto plazo.
Hacia un Marco Internacional para la Gestión de Recursos
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) propone un tratado global que regule precios, cuotas y estándares ambientales en la minería de tierras raras, evitando la repetición de crisis como la especulación de 2021, cuando el precio del neodimio aumentó un 300% [2]. Iniciativas como la Alianza Global para las Materias Primas Críticas, liderada por la UE y Estados Unidos, buscan armonizar políticas, aunque enfrentan resistencia de países productores que ven en ellas mecanismos neocoloniales [3].
España en la Encrucijada: Oportunidad Industrial vs. Patrimonio Natural
El yacimiento de Ciudad Real, con capacidad para cubrir un tercio de la demanda europea de monacita, simboliza los dilemas españoles [1]. Mientras el gobierno central prioriza reducir la dependencia asiática —apoyado por fondos del Plan de Recuperación para transición energética—, comunidades autónomas y ecologistas exigen vetos a proyectos sin garantías ambientales [5]. Expertos como Gutiérrez (Primigea) urgen a combinar extracción con inversión en refinerías locales, evitando repetir el error de exportar materias primas para reimportarlas procesadas [2].
Conclusión: Hacia una Geopolítica de los Recursos Sostenible
Las tierras raras han redefinido las prioridades estratégicas de potencias y organismos multilaterales, convirtiendo yacimientos antes ignorados en focos de conflicto y cooperación. La tensión entre autonomía industrial y sostenibilidad exige modelos innovadores: cadenas de suministro diversificadas, tecnologías de reciclaje escalables y marcos regulatorios que equilibren crecimiento económico con justicia ambiental. Proyectos como el de Ciudad Real no son solo disputas locales, sino microcosmos de un desafío global que exigirá, en palabras de la Comisión Europea, «reinventar la diplomacia para la era de los límites planetarios» [2].
[1] Xataka
[2] Expansión
[3] OK Diario
[4] Hablando en Vidrio
[5] Hablando en Vidrio
[6] Wikipedia
[7] Statista
[8] Recymet
[9] El Mundo
[10] RTVE
[11] Euronews
[12] DW
[13] El País
[14] El País
[15] La Vanguardia
[16] Agenda Pública
[17] CIDOB
[18] El Independiente
[19] Euronews
[20] Newtral
[21] Statista
[22] El Orden Mundial
[23] Crisis Group
[24] Diario de Avisos
[25] The Diplomat in Spain
[26] EFE
[27] Cadena SER
[28] Nueva Alcarria