George R.R. Martin sorprende: de la fantasía épica a las fórmulas científicas

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Representación de la fusión entre ciencia y fantasía

Cuando pensamos en George R.R. Martin, lo primero que viene a la mente es la intrincada trama de «Juego de Tronos» o la riqueza del universo de «Canción de Hielo y Fuego». Sin embargo, este prolífico autor acaba de dar un giro inesperado que ha dejado a más de uno boquiabierto: ha coescrito un artículo científico publicado en la prestigiosa revista American Journal of Physics. Esta colaboración explora la dinámica de un virus ficticio, el «Wild Card», que es la pieza central de su serie literaria homónima.

La inspiración detrás del «Wild Card»

«Wild Cards» es una serie literaria que Martin coedita junto con Melinda M. Snodgrass. Nacida en la década de 1980 como una extensión de una campaña del juego de rol Superworld, esta saga ha crecido hasta convertirse en un universo compartido que involucra a 44 autores diferentes. La premisa es simple pero fascinante: un virus alienígena liberado en 1946 transforma el ADN de sus víctimas. Mientras que el 90% de los infectados mueren, el 10% restante experimenta mutaciones. De estos, un 9% desarrolla deformidades físicas (los «Jokers»), mientras que el 1% adquiere superpoderes (los «Aces»).

Snodgrass propuso la idea del virus como una forma de unificar la explicación detrás de las habilidades sobrehumanas de los personajes, marcando una diferencia con los cómics tradicionales, que suelen tener múltiples orígenes para los superpoderes. Este concepto científico-literario resultó ser tan intrigante que llevó al físico Ian Tregillis, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, a preguntarse si era posible modelar matemáticamente las probabilidades del virus.

Ciencia y ficción: un matrimonio inesperado

El artículo científico surge como un ejercicio pedagógico y de entretenimiento intelectual. Tregillis, conocido por su habilidad para mezclar ciencia y narrativa, propuso explorar las probabilidades matemáticas del «Wild Card» como un problema de dinámica de sistemas. Martin aceptó la idea con entusiasmo, y ambos unieron fuerzas para crear un modelo que explicara las distribuciones observadas en la ficción: 90% de muertes, 9% de Jokers y 1% de Aces.

En el estudio, los autores también introdujeron un concepto novedoso: los «cryptos». Estos son individuos cuyos cambios provocados por el virus son indetectables o aparentemente insignificantes, como desarrollar rayas ultravioleta en órganos internos o adquirir poderes tan específicos como comunicarse telepáticamente con narvales. Aunque algunos podrían clasificarse como «Deuces» (superpoderes inútiles), la idea subraya la complejidad y las posibilidades infinitas que el virus plantea.

El modelo matemático del «Wild Card»

Para abordar la cuestión desde una perspectiva científica, Tregillis y Martin establecieron tres reglas fundamentales:

  1. Los «cryptos» existen, pero su cantidad exacta es «desconocida e incognoscible».
  2. La distribución observable de los resultados del virus sigue la regla del 90:9:1.
  3. Los resultados virales están determinados por una distribución de probabilidad multivariante.

El modelo combina dos variables aleatorias: la severidad de la transformación (es decir, el grado de mutación física o la potencia del superpoder) y un ángulo de mezcla para representar la existencia de los Joker-Aces, individuos que poseen tanto mutaciones físicas como habilidades sobrenaturales.

El uso de una formulación lagrangiana permitió a los autores traducir el problema abstracto del virus en un sistema dinámico concreto. Este enfoque también demuestra cómo conceptos avanzados de física pueden aplicarse de manera creativa en un contexto ficticio, ofreciendo una herramienta útil para estudiantes de física avanzada.

Un ejercicio educativo y creativo

Aunque el modelo del «Wild Card» no está pensado para ser parte de un currículo básico, Tregillis y Martin creen que puede ser valioso en seminarios avanzados. Este tipo de ejercicio fomenta el pensamiento crítico y la creatividad, alentando a los estudiantes a aplicar conceptos teóricos a problemas abiertos e inusuales.

Desde WWWhatsnew.com creemos que este tipo de iniciativas subrayan la importancia de encontrar conexiones entre la ciencia y la cultura popular. Si bien no es común ver a un autor de fantasía coescribir un artículo científico, esto refuerza la idea de que las disciplinas, por distintas que parezcan, pueden enriquecerse mutuamente.

Una pausa en «Vientos de Invierno»

Para los seguidores de «Canción de Hielo y Fuego», esta noticia puede ser agridulce. Por un lado, muestra la versatilidad de Martin y su constante curiosidad intelectual. Por otro, pone de manifiesto el retraso de la esperada «Vientos de Invierno». Sin embargo, también podría interpretarse como una señal de que Martin sigue explorando nuevas formas de narrativa y colaboración, lo que podría influir positivamente en sus futuros proyectos literarios.

En mi opinión, este trabajo también podría inspirar a otros escritores y científicos a buscar formas creativas de colaborar, cruzando fronteras disciplinarias para enriquecer tanto la literatura como la ciencia.